Este nuevo número de Conceptos Históricos ofrece, en su primer artículo, un análisis del concepto de revolución a partir de algunas de los postulados fundamentales de la historia conceptual: la contemporaneidad de lo no contemporáneo, el carácter no teleológico y descentrado de la historia, la metáfora geológica para comprender la historicidad y la multiplicidad semántica de los conceptos. “Revolución” es un ejemplo: en él coexisten junto a la noción de progreso las nociones de revolutio, restitutio y restauratio. Massimiliano Tomba toma en consideración estas premisas teóricas en el estudio de cinco casos históricos para desentrañar la tensión entre distintas temporalidades en las revoluciones y, de esta forma, acercar el concepto de revolución a los conflictos sociales contemporáneos.
El segundo artículo presenta un análisis histórico que pone en evidencia la capacidad de la historia conceptual para reconstruir y comprender experiencias distintas a las europeo-occidentales y las confusiones que generan las reconstrucciones teleológicas de la historia. Claudio Ingerflom utiliza las herramientas teóricas sobre el mito y la metáfora elaboradas por Hans Blumenberg para analizar el “mito del buen Zar” y el fenómeno de los zares autonombrados y llamados impostores en Rusia. La creencia en el buen Zar es inexplicable desde una mirada evolucionista de la historia ya que es perfectamente demostrable que los zares no eran “los protectores del pueblo”. Sin embargo, resulta comprensible si se considera que el mito no es ni verdadero ni falso: el mito no demuestra, sino que muestra, es una realidad factual en el orden lingüístico.
El pensamiento de Blumenberg se encuentra presente también en el tercer artículo de este número, el cual ofrece un análisis de las críticas que este autor hizo al teorema de la secularización de Carl Schmitt. En su texto, Damián Rosanovich reconstruye exhaustivamente esta controversia, haciéndola accesible a lectores ajenos al tema. Al mismo tiempo y más allá de la exposición de las posiciones respectivas, se trata de un aporte teórico a la capacidad de la historia conceptual en la investigación histórica y filosófica.
La actualidad de la producción teórica desarrollada bajo la República de Weimar es igualmente abordada en el artículo que Andrés Jimenez Colodrero le dedica al concepto de cesarismo en la obra de Max Weber. En un recorrido erudito son analizadas las apariciones del concepto en la obra del sociólogo alemán como las fuentes de las que se nutre. En este itinerario se vuelve evidente cómo el concepto es utilizado ante la necesidad de pensar el liderazgo en la naciente sociedad de masas. El artículo hace visible la plena actualidad de los problemas teóricos ligados al tema del liderazgo, sin caer en la necesidad de trazar paralelismos con el mundo contemporáneo.
Este recorrido retrospectivo, de Blumenberg a Schmitt y luego a Weber finaliza en el siglo XIX, con un análisis del concepto de sociedad en el pensamiento de Herbert Spencer. El artículo de Paolo Slongo permite la comprensión de la conceptualización de la sociedad como organismo y las condiciones de la emergencia de esa visión. Muestra también cómo esta conceptualización es utilizada tanto con fines analíticos como performáticos: la física política asegura que es en la evolución de la sociedad donde el gobierno tenderá a desaparecer.
Algunos de los tópicos de los artículos, en particular en lo que respecta al pensamiento de Carl Schmitt y al clima intelectual alemán en torno al nazismo, también pueden ser abordados desde los libros que son reseñados en este número: La historia tras el desastre. Historiografía alemana de posguerra de María Eugenia Gay y The Politics of Time. Introduction to the Thought of Carl Schmitt de Miguel Saralegui. La sección reseñas se completa con un comentario bibliográfico de la traducción al español de las entradas “Ilustración”, “Progreso” y “Modernidad” del Lexikon editadas por la editorial Trotta con un estudio introductorio de Faustino Oncina Coves.