Boliviantinos y argenguayos

Una nueva generación de jóvenes migrantes e hijos de inmigrantes en Buenos Aires

Natalia Gavazzo

Buenos Aires: Grupo Editor Universitario

2019, 118 páginas.

por Malena García Vildoza

Estudiante de la Licenciatura en Antropología Social.
Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales,
Universidad Nacional de San Martín

malenagarciavildoza@gmail.com

Cómo citar esta reseña: Boliviantinos y argenguayos: una nueva generación de jóvenes migrantes e hijos de inmigrantes en Buenos Aires. De Natalia Gavazzo. Malena García Vildoza. Etnografías Contemporáneas, 10(19), 206-209.

Natalia Gavazzo se formó como doctora en antropología por la Universidad de Buenos Aires y magíster en Estudios Latinoamericanos por la University of London. Se especializa en la migración boliviana y paraguaya en el Gran Buenos Aires, a través de la investigación de diversos aspectos desde el activismo y la práctica de danzas, hasta los vínculos comunitarios y el transnacionalismo. Sus investigaciones más recientes se enfocaron en las identificaciones de los jóvenes e hijos de inmigrantes en Argentina, que es a su vez la temática central del libro “Boliviantinos y argenguayos: una nueva generación de jóvenes migrantes e hijos de inmigrantes en Buenos Aires”.

Publicada por el Grupo Editor Universitario, la obra forma parte de la colección llamada “Las juventudes argentinas hoy: tendencias, perspectivas, debates”, desarrollada en colaboración con el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). El objetivo principal de esta colección es abordar, desde una perspectiva generacional y con un enfoque latinoamericano, la amplia variedad de realidades juveniles presentes en Argentina. En el libro aquí reseñado convergen diversas investigaciones etnográficas realizadas por Gavazzo, desde aquellas centradas en las identificaciones y formas de participación política y social de los migrantes e hijos de inmigrantes en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), hasta su trabajo de campo etnográfico más reciente que tuvo lugar a partir del año 2017 con el Bloque de Trabajadorxs Migrantes (BTM). Cabe destacar que gran parte del análisis que sustenta a esta investigación ocurrió entre 2018 y 2019, cuando el gobierno nacional, bajo la presidencia de Mauricio Macri, promovía un discurso y una serie de políticas públicas destinadas a la exclusión y expulsión de la población migrante en nuestro país. Esto no solo influye en el contenido de la misma, sino que amplifica la importancia de atender a las experiencias de esta generación de jóvenes migrantes, y su rol como sujetos políticos activos, tarea que la autora desarrolla con gran eficacia y una notable profundidad analítica.

A lo largo del libro, Gavazzo explora las distintas formas de construcción de identificaciones llevadas a cabo por los jóvenes, destacando sus capacidades de agencia y concibiendo a la edad como estructurante en este proceso. Además de la cuestión generacional, la antropóloga desarrolla las distintas formas de participación política y la presencia de este grupo en la arena pública, compartida con la sociedad mayoritaria y los “otros” del campo cultural de los migrantes en el AMBA.

La introducción, titulada “La generación de los hijos: dilemas interculturales” está destinada a la descripción de los contrastes y similitudes entre las comunidades de migrantes bolivianos y paraguayos en Argentina, subrayando que ambas comparten experiencias como la discriminación estructural y son mayormente integradas por jóvenes. Gavazzo justifica aquí el enfoque antropológico del libro, el cual permite examinar de cerca las trayectorias individuales en relación con las estructuras sociales más amplias en las que están inmersos. Este apartado introductorio establece las bases de la obra al explorar la heterogeneidad dentro de este grupo de jóvenes, cuyas vivencias similares en ámbitos como el social, familiar y comunitario influyen en sus formas de autoidentificación y en sus maneras de “ser migrante”. Además, la antropóloga anticipa la importancia que tendrá en esta etnografía la condición fronteriza de estos descendientes, en su relación con la sociedad mayoritaria y con sus pares migrantes de distintas generaciones. Finalmente, la autora otorga la definición de “generación” que será transversal a esta etnografía, la cual comprende sus distintas dimensiones como la etaria (rango de edad), genealógica (vínculos familiares) y sociopolítica (contextos históricos específicos).

En el capítulo 1, “Entre dos mundos: identidades juveniles en disputa”, Gavazzo analiza las distintas formas en la que los jóvenes migrantes construyen su identificación nacional. Para esto, apoya su argumento en una ingeniosa y precisa exposición de los postulados teóricos de autores como Barth, Brubaker y Cooper, que permiten concebir a la identidad como un proceso en desarrollo constante, influenciado por prácticas, discursos y relaciones sociales. La antropóloga vincula esta teoría con los relatos de jóvenes hijos de inmigrantes, a partir de los cuales demuestra que si bien se encuentran en una tensión identitaria (elegir la identidad cultural de sus padres o adquirir la de la sociedad mayoritaria), la “doble identificación” es vivida como una ventaja en determinadas ocasiones, permitiéndoles navegar entre dos mundos. Luego, subraya el carácter transnacional de las auto-identificaciones de los jóvenes, donde los consumos culturales, como las danzas y los viajes a los países de origen de sus padres, son hitos clave en sus trayectorias. Esto revela una amplia heterogeneidad en sus prácticas, formas de identificarse y lazos transnacionales, lo que refleja la capacidad de agencia de este grupo.

En el capítulo 2, “Del estigma al emblema: una generación en movimiento”, Gavazzo analiza las distintas formas de participación de los jóvenes migrantes en el ámbito social y político, explorando cómo las diversas identificaciones –abordadas en el capítulo anterior– influyen en ellas. Para esto, la antropóloga presenta los casos del Bloque de Trabajadores Migrantes (BTM) y el surgimiento del movimiento “Ni Una Migrante Menos” (NUMM), como entornos en los que los jóvenes encuentran mayores oportunidades de participación y se auto-reconocen como agentes sociales y políticos activos, y se distancian de la postura victimizante en la que frecuentemente son encasillados. El BTM se configura como un espacio de encuentro y lucha junto a jóvenes de otras colectividades, mientras que el NUMM se destaca como un lugar en el que confluyen distintas generaciones de mujeres migrantes. Los dos espacios les ofrecen la posibilidad formarse y consolidarse como la nueva generación de líderes. En ambos casos, su identidad migrante intersecciona con otro componente identitario, como el de género y el de clase social o trabajadora, ampliando las luchas y discusiones que pueden protagonizar. De esta manera, la autora demuestra que la nueva generación de jóvenes migrantes se diferencia de las anteriores por elegir desenvolverse como sujetos empoderados en lugar permanecer en la posición victimizante, construir alianzas con otros movimientos sociales más allá de aquellos que integran al campo de los migrantes, y servirse de ventajas propias de su grupo etario para consolidarse como actores activos en la arena pública.

La obra finaliza con una sección titulada “Reflexiones finales: Una nueva juventud migrante”, en la que la antropóloga subraya la capacidad creativa de los jóvenes migrantes e hijos de inmigrantes en la confrontación con los estigmas impuestos tanto por la sociedad mayoritaria como por la generación de sus padres. La autora también sugiere un nuevo enfoque para los estudios sobre los procesos de identificación, el cual aboga por la inclusión de un análisis detallado de las prácticas concretas y las redes de relaciones que influyen en dichos procesos. A su vez, Gavazzo propone considerar distintos tipos de prácticas, como las artísticas, no sólo como formas de expresión, sino como herramientas y modos de participación de esta nueva generación de migrantes, con un notable potencial para generar cambios sociales y culturales.

En conclusión, el presente libro parte de una premisa innovadora, en la que la generación de los jóvenes migrantes e hijos de inmigrantes adquiere un lugar protagónico, y demuestra su capacidad de agencia y su proceso de conformación como sujetos políticos activos. Este argumento es construido y justificado de manera sólida en cada uno de los capítulos, en los que la autora privilegia al registro etnográfico y a las conceptualizaciones producidas por sus interlocutores. Es destacable señalar que el texto también expone los relatos de la generación de los padres de estos jóvenes, permitiendo así una comprensión más profunda y contextualizada de las experiencias y perspectivas de los actores involucrados. Esta inclusión no solo enriquece el análisis, sino que también ofrece una visión intergeneracional más completa de las dinámicas sociales que se desarrollan entre los distintos grupos. Como fue mencionado, el contexto en el que se realizó el análisis de la obra, atravesado por un dominio de discursos y políticas contra la población migrante en nuestro país, hizo que sea de suma relevancia atender a las experiencias de este grupo. En 2024, estas reflexiones continúan siendo cruciales, especialmente en el contexto actual, donde las políticas del gobierno nacional encabezado por Javier Milei vuelven a apuntar contra la población migrante y otros sectores vulnerables. Por último, cabe resaltar que cualquier persona interesada por los estudios migratorios, generacionales, o sobre los procesos de identificación encontrará en esta etnografía una fuente de inspiración teórica y metodológica para considerar en sus propias investigaciones.