Etnografías
Contemporáneas
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ISSN 2451-7925

#8 | Etnografías del encierro

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A Puro Golpe. Violencias, malestares sociales en la juventud cancunense

Fragoso Lugo, Perla Orquídea
Chiapas, Universidad de Ciencias y Artes
2016, 295 pp.

Lucía Marina Pereyra11. Estudiante de (…)

A puro golpe, de Perla Orquídea Fragoso Lugo, es una etnografía que analiza las relaciones sociales surgidas en la ciudad turística de Cancún, Quintana Roo, México; específicamente, aquellas que se vinculan con los malestares sociales y las violencias experimentadas por sus habitantes jóvenes. Este trabajo muestra cómo la incertidumbre, la transitoriedad y la ambigüedad propias del capitalismo flexible y la industria turística constituyen malestares vinculados con dos modalidades de la violencia: la estructural y la simbólica. A lo largo del libro, la autora describe de qué forma dichas violencias configuran identidades juveniles con subjetividades perforadas en las que el vacío de lo social y sus códigos institucionales favorecen, a su vez, la producción y reproducción de conflictos que se resuelven por medio del ejercicio de violencias.

El libro se divide en cinco capítulos más un prólogo a cargo de Gonzalo Andrés Saraví, una introducción y un apartado con consideraciones finales. El primer capítulo, la autora lo dedica a delimitar el marco interpretativo que luego utilizará a lo largo de todo su desarrollo para vincular los malestares sociales con las violencias cotidianas. En el segundo, contextualiza la realidad cancunense a través de una descripción histórica del proyecto urbanístico de Cancún ideada como una ciudad dedicada meramente al consumo turístico. En los capítulos tres, cuatro y cinco Fragoso Lugo retoma fragmentos de trayectorias biográficas de jóvenes para caracterizar a la juventud cancunense. Es de esta forma que llega a vincular las experiencias y expresiones de violencias con los malestares sociales de la ciudad.

El trabajo de campo se realizó en la en la ciudad de Cancún entre septiembre de 2008 y septiembre de 2009, en el marco de la investigación de una tesis doctoral. La autora alternó entre dos estrategias metodológicas, observación participante y entrevistas semiestructuradas, con el fin de conocer los espacios donde los y las jóvenes socializan y desarrollan su vida cotidiana. El propósito de esta etnografía fue dar cuenta de la experiencia subjetiva de las violencias y cómo ellas estructuran las vidas de los y las jóvenes cancunenses. En este sentido, Fragoso Lugo se concentró en describir las experiencias cotidianas ligadas a las prácticas violentas y para hacerlo convivió con jóvenes en distintos sitios, como el templo religioso, el supermercado, las plazas públicas y las fiestas. Asimismo, realizó una serie de entrevistas entre estudiantes universitarios, participantes del área de psicología en el DIF22. El Sistema Nac (…) municipal y de asociaciones no gubernamentales.

En este libro se abordan de manera particular tres tipos de malestares sociales experimentados por los jóvenes cancunenses, los cuales emergieron a lo largo de la investigación: la incertidumbre, la transitoriedad y la ambigüedad. Los mismos se encuentran vinculados a las condiciones de vida del espacio turístico; es decir, son impulsados por el sistema económico que genera un tipo de violencia estructural y simbólica. Dichos padecimientos contribuyen al desarrollo de relaciones distantes entre los propios jóvenes y para con otros sectores de la sociedad.

Cancún puede ser considerada una ciudad artificial, simulada y simulacro desde su surgimiento en la década de los setenta a partir de un proyecto urbanístico modernista cuyo objetivo era emplazar una economía capitalista, basada a la provisión de servicios turísticos, mediante la explotación de los recursos naturales y sociales (la propia población local). La construcción de esta urbe hedonista responde a lo que David Harvey llamó “acumulación por apropiación”: prácticas de privatización, financiarización y control de instituciones públicas. De esta forma, la utopía urbana del “paraíso caribeño” se presenta sólo para los turistas ya que quienes habitan allí de forma permanente se enfrentan a una distopía social. En este sentido, la obra se inscribe dentro de debates en torno al concepto de “habitar” en relación con el “derecho a la ciudad” y a la naturaleza en sociedades marcadas por la privatización.

La hipótesis que vertebra la investigación es la existencia de una “relación cercana entre el tipo de espacio social que se habita, los malestares socializados en las subjetividades que en él se construyen y las violencias producidas, reproducidas y socialmente legitimadas” (151). Si bien el tema central es la violencia en los jóvenes, es una obra que excede a un ensayo sobre violencia juvenil ya que plantea una serie de aspectos y dimensiones claves que contribuyen a entender la violencia contemporánea expresada entre los jóvenes, más allá del caso particular que aquí se explora.

El objetivo del texto, entonces, es mostrar la relación que existe entre malestares, subjetividades y experiencias violentas (24) y explicar la razón por la cual los jóvenes resuelven los conflictos sociales mediante el ejercicio de la violencia. La autora supone que las condiciones materiales y sociales en las que se desarrollan estructuran sus subjetividades. Las violencias físicas o simbólicas que sufren a diario –producto de las particularidades del entorno social que habitan– marcan la forma en la que socializan.

Así, se sugiere una correlación espacial entre la violencia y el capital acumulado por desposesión, a partir de testimonios que dan cuenta de las vidas signadas por angustia y frustración frente a patrones de consumo. De este modo, la situación de precariedad en la que se encuentran inmersos las y los jóvenes cancunenses está condicionada por un trasfondo social y político particular, resultante de la especificidad de las condiciones materiales y estructurales de una ciudad como Cancún.

Fragoso Lugo señala que las vidas de estos jóvenes transcurren en un “continuun de violencia” en cuanto a que ningún acto de violencia está aislado de otros de distinta intensidad y tipo. Según explica, las violencias se reproducen a sí mismas y por lo tanto a una acción violenta le correspondería una respuesta igualmente violenta. En este sentido, la decisión de la autora de tomar a la violencia como un continuun implica entenderlas como un proceso que se explica en función de sus conexiones con el espacio donde son producidas, el agente que las ejerce, las circunstancias socioculturales en las que se presentan y la historia personal, psicológica y social de quienes la padecen y practican.

Las particularidades del mundo cotidiano al que están expuestos, obliga a las y los jóvenes a movilizar repertorios de pensamiento y acción ligados a expresiones de simulación y apariencia dado que el propio entorno les impone intereses y necesidades (materiales y amorosos) que no pueden satisfacer. En este contexto, la forma que encuentran para reafirmar su valor individual y social es precisamente “a puro golpe”, es decir, a través de demostraciones violentas. La autora concluye que aquellas “violencias expresivas” evidencian ciertas disputas por el control del territorio y de los cuerpos por parte de las autoridades estatales y de las empresas privadas. Los malestares expresados en las y los jóvenes tienen su raíz en la disposición social en la que desarrollan sus vidas. La violencia urbana y la que se da al interior de las familias engendra incertidumbre, individualización e indiferencia social en la juventud (182). El análisis de este fenómeno a la vez político, social y moral, permite vislumbrar que el orden cultural y simbólico de la ciudad de Cancún no asegura la plena integración social de la población más joven. De esta forma, las particularidades propias de esta “ciudad paraíso” estimulan la aparición de “subjetividades perforadas”.

Uno de los principales aportes de esta etnografía es el hecho de que se basa en recorridos urbanos realizados desde la “puerta trasera”, a través de todos aquellos lugares que pertenecen al día a día de quienes hacen posible el paisaje de lujo y placer que disfrutan los turistas. La escucha atenta de las experiencias urbanas por parte de las y los jóvenes, le permitió a la autora conocer los matices de las diferentes formas de expresiones violentas y pensarlas en relación a la dimensión socioespacial. Es así que esta propuesta logra reconfigurar la imagen de “paraíso caribeño” a la luz de la realidad que enfrentan quienes quedan por fuera del proyecto turístico. En este sentido, la etnografía resulta acertada al momento de explicar e interpretar la sociedad contemporánea en correlación con discusiones teóricas y propuestas metodológicas. Finalmente, el libro supone un análisis de los síntomas de los emergentes malestares sociales en el marco de configuraciones institucionales y sus impactos concretos en las subjetividades de la juventud.

1.

Estudiante de la licenciatura de Antropología social y Cultural del Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES) de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Forma parte del Núcleo de Estudios Socioculturales sobre el Derecho y sus Instituciones (NESDI).

2.

El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF, conocido también como DIF) es el organismo público encargado de instrumentar, aplicar y dar dimensión a las políticas públicas en el ámbito de la asistencia social en México.