Entre homogeneización
y pluralidad
El rol de la novela gráfica en las memorias de las violencias contra estudiantes en la historia reciente de México y Estados Unidos
Juan Sebastián Granada Cardona1
papeles de trabajo, 18(34), julio-diciembre 2024, pp. 114-131
Recibido: 29/7/2024. Aceptado: 26/9/2024
Este artículo explora el rol de la novela gráfica en los estudios sociales de la memoria a través de una comparación entre Grito de Victoria, de Augusto Mora, y Kent State: Four Dead in Ohio, de Derf Backderf, ambas producidas en la segunda década del siglo XXI. La investigación se centra en cómo estas novelas gráficas abordan las memorias de la represión estudiantil en un contexto globalizado. El estudio, de carácter exploratorio y metodología documental, utiliza una combinación de análisis bibliográfico, iconográfico y entrevistas con los autores para proporcionar una visión analítica de las narrativas gráficas. La estructura del artículo consta de cinco secciones interrelacionadas: (1) una síntesis descriptiva de las memorias de represión en ambas novelas; (2) una contextualización del lenguaje gráfico en la globalización de la comunicación; (3) un análisis de cómo las interpretaciones locales se integran en el marco internacional; (4) una discusión sobre la resistencia a la homogenización cultural; y (5) una reflexión final sobre la representación transnacional de las memorias de represión. Este enfoque permite comprender cómo la novela gráfica contribuye a la representación y reflexión crítica de experiencias sociopolíticas en un mundo interconectado.
Palabras clave: Globalización; Homogenización cultural; Identidades híbridas; Memoria cultural; Represión estudiantil
This article explores the role of graphic novels in social memory studies through a comparative analysis of Grito de Victoria by Augusto Mora and Kent State: Four Dead in Ohio by Derf Backderf, both produced in the second decade of the 21st century. The study focuses on how these graphic novels address the memories of student repression within a globalized context. Using an exploratory approach and a documentary methodology, the research combines bibliographic and iconographic analysis with interviews with the authors to provide an analytic view of graphic narratives. The article is structured into five interrelated sections: (1) a descriptive synthesis of the repression memories in both novels; (2) a contextualization of the graphic novel medium within the globalization of communication; (3) an analysis of how local interpretations are integrated into an international framework; (4) a discussion on resistance to cultural homogenization; and (5) a final reflection on how graphic novels address repression memories in a transnational context. This approach helps to understand how graphic novels contribute to the representation and critical reflection of sociopolitical experiences in an interconnected world.
Keywords: Globalization; Cultural Memory; Student repression; Hybrid identities; Cultural homogenization
Recurriendo a una lectura comparativa entre dos novelas gráficas (Grito de Victoria, de Augusto Mora, y Kent State: Four Dead in Ohio, de Derf Backderf), producidas en la segunda década del siglo XXI, este artículo presenta una reflexión sobre el papel de la novela gráfica (NG) en los estudios sociales de la memoria, enfocándose en cómo las NG abordan las memorias de la represión estudiantil en el contexto de la globalización.
La relevancia de esta propuesta radica en que, en la sociedad contemporánea, la novela gráfica (NG) se ha convertido en un lenguaje narrativo decisivo para explorar y reflexionar sobre representaciones sociales de problemas urgentes. Este formato ofrece un espacio para la representación visual de temas complejos y facilita una conexión emocional y cognitiva con los lectores, abordando cuestiones sociales y culturales de manera accesible.
Admitir esto implica que la NG va más allá del entretenimiento juvenil. Katherine Bucher y Lee Manning (2004, p. 68) destacan que su diversidad se refleja en las temáticas que abarca: desde las tradicionales historias de superhéroes, ciencia ficción, fantasía y manga, hasta relatos realistas, adaptaciones de clásicos, no ficción, biografías y autobiografías. Esto evidencia tanto una variedad de temas y estilos narrativos, como una expansión de este lenguaje en contenido, enfoque y alcance. Grafistas y escritores han vuelto más complejas las NG, ampliando sus límites y, con ello, interrogando las propias potencialidades del género. Al hacerlo, las NG se han convertido en un lenguaje muy especializado en el que se pueden expresar una variedad de contenidos, sean estos de carácter histórico, periodístico, investigativo, memorial, autobiográfico, entre otros.
Por otro lado, la sociedad contemporánea es más visual, dependiente de los medios y saturada de imágenes en múltiples niveles, desde las rutinas de la vida cotidiana hasta las prácticas estéticas, económicas y culturales en diferentes ámbitos. Frente a esto, las ciencias sociales han llamado la atención sobre la forma en que la realidad social se ha visto transformada por la presencia cotidiana de las imágenes y se ha advertido sobre la necesidad de analizarlas (Dussel y Gutiérrez, 2006, p. 11).
Si se superan las actitudes naturalistas hacia las imágenes, habría que admitir que la educación y el análisis son esenciales para pensar cómo las imágenes se producen, se ponen en circulación y eventualmente se perciben e integran pública y privadamente (Bryson, 1986). Desde esta perspectiva, pensar la NG funciona como una invitación a reflexionar sobre la naturaleza y el impacto de las imágenes visuales en la sociedad contemporánea.
De manera más específica, en los estudios sociales de la memoria, importa abordar estos desafíos desde la perspectiva de las memorias culturales, ya que estas narrativas, mediadas por instituciones, textualizadas y compartidas grupalmente (cf. Santamaría Colmenero, 2018, pp. 283-284), conectan el pasado con el presente y desempeñan un papel esencial en la configuración de identidades colectivas al mediar la interpretación y transmisión de experiencias históricas.
La NG se destaca como una herramienta clave para analizar la historia del presente a nivel transnacional, ya que permite examinar cómo los códigos culturales y las especificidades temporales configuran las experiencias individuales y colectivas en circulación (cf. Merino, 2017; Mazur y Danner, 2014). Como lo indica John Lent en sus estudios seminales sobre el lenguaje gráfico y su alcance global (Lent, 1999, 2005, 2010), su estudio facilita la comprensión de las demandas sociales actuales y los problemas emergentes, ofreciendo una plataforma para representar globalmente las dinámicas sociales y políticas contemporáneas.
La investigación que sustenta este artículo es de carácter exploratorio,2 centrada en identificar y analizar algunos de los principales puntos de contacto entre los medios narrativos gráficos y las circulaciones transnacionales en la historia reciente.3 El diseño metodológico adoptado es principalmente documental, con un enfoque en fuentes bibliográficas e iconográficas impresas.
Para realizar el análisis, se revisaron NG y artículos de periódicos y revistas. Además, se incluyeron en el análisis fuentes documentales audiovisuales, como documentales sobre los eventos estudiados y entrevistas con los autores. Entre las entrevistas para entender el proceso de elaboración de las NG, cabe destacar una realizada a Mora en el marco de la presentación de Grito de Victoria en la Feria del Libro de la Alameda Central, en Ciudad de México, en agosto de 2017, y otra a Backderf, conducida por la Society of Illustrators en abril de 2021. Estas fuentes han permitido ir más allá de los planteamientos generales sobre los fenómenos estudiados, aportando una perspectiva más íntima, que reconstruye algunas de las huellas de la elaboración y sentido de las narrativas en relación con sus ámbitos de circulación.
El artículo se estructura en cinco secciones interrelacionadas que examinan cómo las NG representan las memorias de las violencias estudiantiles en México y Estados Unidos. Primero, se describen las tramas y temas clave de las novelas para entender su contribución a la memoria de la represión. Luego, se analiza la NG en el contexto de la globalización y se comparan los casos mexicano y estadounidense. A continuación, se exploran las interpretaciones locales en el marco internacional. Se discuten las resistencias a la homogenización cultural de las memorias, y finalmente, se reflexiona sobre el tratamiento transnacional de las memorias de la represión en las NG.
Memorias de la represión violenta en Grito de Victoria y Kent State
Grito de Victoria es una obra del autor y dibujante mexicano Mora, nacido en la Ciudad de México en 1984. Este cómic, publicado por primera vez en 2013 en una edición limitada de 100 ejemplares por MQ Comics, fue posteriormente reeditado por la editorial La Cifra en 2017. Habiendo ya abordado en sus trabajos diferentes temas históricos y sociales a través de la ilustración, en Grito de Victoria Mora explora la memoria de las violencias contra estudiantes en México, proponiendo una lectura cruzada entre la represión contra los estudiantes el 10 de junio de 1971 —conocido como El Halconazo—4 y las represiones más recientes contra el movimiento #YoSoy132 en 2012.5
La NG de Mora se presenta en dos partes diferenciadas.6 En la primera, la obra desarrolla dos líneas narrativas y temporales paralelas que se entrelazan a través del personaje de Victoria, quien participa en la manifestación del 10 de junio de 1971 y presencia la represión estudiantil a manos del grupo paramilitar conocido como los Halcones. Durante estos eventos, Victoria es testigo de la muerte de su pareja, Vicente.
La otra línea narrativa se desplaza a 2012, siguiendo a Valentín y su novia Vanessa, quienes participan en las manifestaciones contra la posesión de Enrique Peña Nieto en la Ciudad de México. Como Victoria, Valentín atestigua la represión ejercida contra los estudiantes. Estas dos narrativas convergen cuando Victoria, presente también en la marcha de 2012, interviene para rescatar a Valentín de los agentes represores, experimentando flashbacks de la violencia que presenció en 1971.
En la NG de Mora, la Ciudad de México se erige como uno de los personajes centrales, cuyas transformaciones a lo largo del tiempo reflejan los cambios sociales y culturales de la sociedad mexicana. A través de las dos líneas narrativas, se distingue claramente la estética de la Ciudad de México en las décadas de 1970 y 2010, mostrando una evolución tanto en la infraestructura como en los hábitos y estilos de vida de sus habitantes. En la década de 1970, los medios de comunicación están representados por el teléfono fijo, mientras que en la década de 2010, el celular domina la escena. Esta evolución también es palpable en la vestimenta tanto de los estudiantes como de las fuerzas, reflejando cambios en la moda y en las normativas institucionales.
Además, la estética de los hogares de los protagonistas muestra esta transición temporal: en el hogar de Victoria, los discos LP y los afiches de Allende y el Che Guevara son emblemáticos de una época marcada por la música analógica y las ideologías revolucionarias. En contraste, la habitación de Valentín en la década de 2010 está dominada por la presencia de una computadora portátil, símbolo de la era digital y de la globalización. Estas diferencias en la estética urbana y doméstica no solo ilustran el paso del tiempo, sino que también subrayan cómo las transformaciones de la Ciudad de México influyen en la vida cotidiana de sus habitantes y en su interacción con el entorno urbano.
En la segunda parte de la novela, el enfoque se torna más documental. Aquí, Mora ofrece una descripción de los eventos tanto de 1971 como de 2012, utilizando una combinación de narración y elementos visuales que incluyen imágenes y fotografías. Esta sección proporciona un contexto histórico más profundo, explicando los antecedentes y las consecuencias de ambas manifestaciones, sugiriendo algunas continuidades en la represión de los movimientos estudiantiles en México a lo largo del tiempo. Según Mora, su trabajo tiene como objetivo documentar las experiencias íntimas contemporáneas, sin perder de vista el contexto sociocultural en el que estas se desarrollan. Al mismo tiempo, integra estas experiencias en un discurso más amplio, accesible a públicos diversos que no necesariamente estén familiarizados con el tema. En este sentido, Mora se considera un heredero de las propuestas gráficas de autores como Marjane Satrapi, Sarah Glidden y Art Spiegelman (Paraleerenlibertad, 2017: 12:03).
Por su parte, Kent State, del historietista estadounidense Backderf (nacido en Richfield, Ohio, en 1954), es una obra publicada en 2020 por Abrams ComicsArt.7 El cómic narra la represión estatal ocurrida en la Universidad Estatal de Kent en 1970, donde cuatro estudiantes fueron asesinados8. A través de su investigación y propuesta gráfica, Backderf presenta una representación detallada de los eventos, subrayando las implicaciones políticas y sociales de la violencia estatal. Esta obra sirve como un testimonio gráfico de la represión y un recordatorio de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos.
La obra se centra en los cuatro días clave de las manifestaciones contra la guerra de Vietnam, desde el 30 de abril hasta el 4 de mayo de 1970, alternando entre los eventos sociales de la protesta y las vidas personales de los estudiantes asesinados. Según Backderf, esta combinación de relatos personales y contexto histórico busca crear un impacto emocional profundo en el lector, resaltando la tragedia de los eventos y la humanidad de las víctimas (Society of Illustrators, 2021, 03:30).
Kent State se estructura en secciones correspondientes a los cuatro días del suceso. Backderf narra la participación de Allison Krause, William Schroeder, Jeffrey Miller y Sandy Scheuer en la vida estudiantil y las protestas en Kent. La obra ofrece una visión detallada de la liberación femenina en el ámbito universitario, especialmente la crítica a la maternidad como destino (2020, p. 20), y del ambiente de igualdad y apertura en el campus, reflejado en la vestimenta bohemia y los accesorios (2020, pp. 47-52). También se explora la vida urbana en la ciudad universitaria, incluyendo la actividad cultural en las residencias y los bares (2020, pp. 24-27).
Backderf describe el ambiente de tensión y revolución que predominaba en Kent, exacerbado por los anuncios del presidente Richard Nixon de continuar la guerra de Vietnam e invadir Camboya (2020, pp. 8-9, 34-41, 53-57), e ilustra la oposición entre los grupos estudiantiles de esta universidad y las fuerzas militares desplegadas para controlar las manifestaciones, mostrando a su vez cómo la radicalización estudiantil había sido alimentada por el movimiento radical antimilitarista Students for a Democratic Society (SDS) (2020, pp. 32, 75-76).
Además, Kent State destaca el papel del gobernador de Ohio, Jim Rhodes, en incitar una respuesta radical por parte de las fuerzas armadas contra los estudiantes (2020, pp. 120-122). A lo largo de la novela, también se pueden encontrar algunos matices que permiten entender la complejidad de la vida estudiantil norteamericana durante este periodo, como, por ejemplo, la influencia del movimiento hippie pacifista y antimilitarista en el ambiente estudiantil estadounidense de la época.
Aunque en Kent State los cuatro estudiantes son las figuras centrales, la narrativa gráfica se enfoca en la magnitud de las protestas estudiantiles y sus demandas: la eliminación del Cuerpo de Capacitación de Oficiales de la Reserva (ROTC) y la retirada de la Guardia Nacional del campus (2020, pp. 80-109; 137-161). El capítulo final (2020, pp. 163-250) relata el incremento de las tensiones, el uso de gases lacrimógenos, la reacción violenta de los estudiantes y, finalmente, el tiroteo por parte de la Guardia Nacional, que dejó cuatro muertos y nueve heridos. La novela concluye con veinte páginas de notas que detallan las fuentes de las imágenes.
Mora y Backderf realizaron un trabajo de investigación sobre los acontecimientos represivos que abordaron en sus obras. Ambos autores llevaron a cabo entrevistas con testigos directos de los hechos y, en el caso de Kent State, con personas que conocieron a los estudiantes asesinados (Society of Illustrators 2021, 16:40). Por otra parte, realizaron trabajo de archivo: Mora se enfocó principalmente en fuentes hemerográficas y fotográficas para Grito de Victoria (paraleerenlibertad, 2017, 21:11-23:35), mientras que Backderf se basó esencialmente en la "May 4 Collection" de la Universidad de Kent para documentar el caso de Kent State (Society of Illustrators 2021, 17:22-18:08).
Situando la NG en el ámbito de la globalización de la comunicación
En los estudios sociales de la memoria, las publicaciones, incluyendo la novela gráfica, se entienden como memoria cultural, lo que significa que los sentidos del pasado que representan están respaldados por un medio que facilita su difusión. En el contexto contemporáneo, éstas tienen una mayor fuerza centrífuga (Erll, 2011, p. 13), expandiéndose y resonando más allá de sus contextos originales.
Esto cobra mayor relevancia si se admite que en la era de la información los medios de comunicación participan como espacios de la política (Castells, 2001, pp. 345-350), proporcionando plataformas para que, por ejemplo, las narrativas gráficas alcancen una audiencia amplia y diversa. Los nuevos actores (i.e., nuevos movimientos sociales, miembros de redes transnacionales, plataformas digitales y redes sociales, entre otros) en la arena pública no solo podrían preservar y transmitir memorias, también contribuirían a la formación de una memoria colectiva transnacional (que interrogue y eventualmente desafíe las representaciones del ‘otro’), facilitando diálogos entre culturas y generaciones en torno a la violencia estatal y otras formas de opresión (Alexander, 2006).
La NG social contemporánea se configura como un lenguaje en constante diálogo y disputa con otros formatos mediáticos, no restringiéndose exclusivamente al ámbito de la NG tradicional. A pesar de su arraigo en el ámbito mediático tradicional (cf. infra. tira cómica en prensa, el fanzine, la historieta por entregas, etc.), realiza actualmente su trabajo de representación en un contexto mediático diversificado que incluye su posible visualización y discusión en plataformas globales como la televisión por streaming, aplicaciones de cine, smartphones y redes sociales como Facebook, TikTok, Instagram y X.
Cabe anotar, sin embargo, que estas dinámicas varían y que, por ejemplo, el campo de la NG no es igual en Estados Unidos que en México. Si bien la historia de la gráfica en México se puede rastrear desde mediados del siglo XIX con la figura de José Guadalupe Posada (Merino, 2017: 70), según la investigación de Emmanuel Espinosa (2021), la industria editorial de la NG en México ha ido consolidándose lentamente desde mediados del siglo XX, con la participación del Grupo Editorial Vid y la Editorial Novaro, que fueron las bases del mercado de historietas en el país. Luego, el movimiento de la Contracultura durante la década de 1980 diversificó estética y temáticamente este campo de producción gracias a la proliferación de fanzines. Actualmente, la NG en México se caracteriza por su diversidad de temas y técnicas, desde lo autobiográfico y cotidiano hasta lo histórico y fantástico, y cuenta con el apoyo de sellos editoriales comerciales e independientes dedicados exclusivamente a su edición.
El ámbito editorial de la NG en Estados Unidos se caracteriza, por el contrario, por su robustez y más rápido crecimiento, consolidado desde sus inicios con una amplia gama de editoriales, tanto grandes como pequeñas (Stein et al., 2011). A diferencia de México, donde la industria se fue desarrollando lentamente, Estados Unidos ha visto un desarrollo acelerado y constante, beneficiándose de un mercado más amplio y consolidado.
Asimismo, es necesario reconocer que la diversidad temática y técnica es notable, abarcando desde lo autobiográfico y cotidiano hasta lo histórico y fantástico, aunque tradicionalmente ha tenido una fuerte presencia en temas de superhéroes, con grandes editoriales como Marvel y DC Comics dominando el mercado.
Si bien la influencia de la Contracultura en la década de 1980 también fue significativa, el mercado estadounidense ya contaba con una considerable diversidad antes de este período. Además, y esto será muy relevante para entender estilísticamente cada una de las novelas gráficas que son objeto de análisis, la industria estadounidense ha tenido un impacto global, con una distribución y alcance internacional mucho mayor, reflejando la capacidad del país para exportar su cultura a través de la novela gráfica.
Por otra parte, los procesos de globalización, aunque a menudo analizados desde una perspectiva macrosocial, revelan una realidad compleja y fragmentada: a medida que se intensifican las interconexiones y se comprimen las distancias espacio-temporales (Castells, 2000), se observa que esta interconexión no es homogénea. En lugar de crear comunidades masivas beneficiadas por la comunicación y el intercambio, el mundo contemporáneo se caracteriza por una diversidad de comunidades específicas, a menudo poco densas y fragmentadas (Van Dijk, 2006, pp. 32-36). En el ámbito de los medios de comunicación –y esto es también válido para el campo de la novela gráfica–, esto se traduce en una pluralidad de lecturas heterogéneas, estimuladas más por espacios virtuales que por encuentros físicos.
La proliferación de los medios de comunicación de masas ha permitido la popularización y democratización de los registros gráficos, ofreciendo a un mayor número de individuos la posibilidad de acceder a estos textos gracias a las tecnologías de la información y la interconexión en la sociedad en red. Esto ha convertido a las obras gráficas en productos de consumo cultural (Puigdevall, 2018), aunque es importante señalar que su recepción se limita a comunidades de lectores localizadas y específicas. Estas narrativas no solo documentan eventos históricos, sino que también reflejan realidades locales y participan en la deliberación pública sobre movilizaciones sociales y luchas por las memorias, fomentando un diálogo entre diversas experiencias y contextos a nivel global.
Transnacional desde sus inicios, el lenguaje gráfico ha circulado rápidamente en los periódicos mediante la tira cómica. Quizás por ello, desde sus primeros días, tanto en América como en Europa, ha habido una reflexión constante sobre cómo potenciarlo. Como señala Pons, “tanto la tira de prensa como el cómic book americano, la revista europea o el álbum francés nacen por necesidades técnicas que condicionaron al cómic como un arte donde los autores se encontraban en continua investigación de las posibilidades del medio para poder ir más allá de esas limitaciones” (2018, p. 37). Esta búsqueda de superación de las limitaciones técnicas ha llevado a una evolución constante de la narrativa gráfica. No solo ha sido un vehículo de entretenimiento entre un público juvenil, sino también un campo de innovación artística y cultural, donde las influencias transnacionales han jugado un papel crucial en su desarrollo y diversificación.
Las dos NG en cuestión demuestran cómo el lenguaje gráfico puede ser una herramienta para abordar temas de justicia y represión en contextos tanto locales como globales. Mora, a través de su narrativa, invita al lector mexicano a reflexionar sobre las luchas contra la corrupción y la búsqueda de justicia, mientras que también quiere acercar al lector internacional a casos emblemáticos de represión estudiantil en México.
En una entrevista de 2020, Mora destacó que la obra generó reacciones favorables (Deffis, 2020, pp. 12-13). El autor reseña que le ha sido señalado que su trabajo ha transformado las perspectivas que estos lectores tenían sobre asuntos sociales y derechos humanos, incluso despertando su interés por temas políticos que antes les eran ajenos. Por ejemplo, Mora afirma que profesores de diversas instituciones educativas han adoptado Grito de Victoria como material didáctico para enseñar sobre los movimientos estudiantiles de los años 60 y 70 en México.
Por su parte, Backderf utiliza fotografías históricas de las marchas estudiantiles en Estados Unidos para reelaborarlas el interior de la novela y darle un mayor grado de realismo a su propuesta gráfica, lo que le permite contextualizar su relato dentro de una experiencia más amplia de movilización estudiantil y violencia, que no se limita a un solo país, sino que resuena en múltiples contextos globales.
Podría pensarse esta interacción entre lo global y lo local como una “glocalización” que puede dar lugar a productos culturales híbridos —en este caso, narrativas híbridas—, resultantes de este ejercicio de bricolaje (Hall, 1996; Robertson, 1992). Esto no está exento de problemas, pues, como sugieren Teer-Tomaselli y Dyll-Myklebust (2012), si bien lo global siempre se expresa localmente, en esta interacción las demandas identitarias son múltiples y a veces contradictorias.
Esta dinámica permite a las NG comunicar experiencias sociopolíticas de forma variada, pero también presenta riesgos. La mercantilización puede llevar a una banalización de los temas, donde se aparenta un análisis profundo, pero solo se tratan generalidades. Esto puede hacer que el contenido pierda valor, ya que se ve afectado por fórmulas estandarizadas y un enfoque comercial, disminuyendo el impacto y la autenticidad de las experiencias sociopolíticas.
Los abordajes temáticos en estas NG permiten explorar diversos aspectos socioculturales y potencian diálogos intergeneracionales y transculturales en el contexto contemporáneo. Las memorias, siempre en proceso de interacción, se entrelazan con recuerdos anteriores y nuevas experiencias, así como con las memorias de lugares diferentes que comparten características comunes. Las temáticas sociales en las NG, a menudo vinculadas con material autobiográfico y documental, facilitan esta interacción dinámica de memorias.
La combinación entre ficción e investigación en Grito de Victoria es un ejemplo notable de esta interacción. Mora cuenta una versión imaginada y dramática de los movimientos estudiantiles en México, al mismo tiempo que se compromete con una investigación de tipo periodístico. En contraste, Backderf pretende contrastar la cobertura de las violencias más recientes, como las protestas del movimiento Black Lives Matter9 —que, gracias a los medios de comunicación contemporáneos, pudieron ser registradas y difundidas audiovisualmente de manera más generalizada— con la opacidad gráfica de eventos pasados (Society of Illustrators, 2021, 14:50-15:07).
Resistencias a la homogenización cultural de las memorias
La NG social ha consolidado un estilo distintivo dentro del género, tal como se observa en diversas obras de notable difusión internacional. Este tipo de NG aborda temas sociopolíticos a través de diferentes enfoques narrativos: de manera autobiográfica, como en los trabajos de Marjane Satrapi y Riad Sattouf; recurriendo a la ficción, como lo hacen Christophe Blain y Abel Lanzac en Quai d’Orsai; o adoptando un enfoque documental, como en la obra de Eduardo del Río, “Rius”, o en Fax from Sarajevo de Joe Kubert. Además, estos enfoques pueden entrelazarse, como se evidencia en los trabajos de Joe Sacco, en Le photographe de Didier Lefevbre y Emmanuel Guibert, o en Maus de Art Spiegelman, quienes combinan elementos autobiográficos, ficcionales y documentales para ofrecer una visión multifacética de la realidad.
Estilísticamente, Backderf se integra en la corriente principal del cómic norteamericano (cf. McCloud, 1994, p. 55), similar a autores como Joe Matt, con detalles más precisos como los de John Byrne y Jack Cole de DC Comics. Usa un estilo gráfico realista y un lenguaje coloquial amplio en los diálogos para retratar a los personajes con objetividad. En cambio, Mora tiene un enfoque más esquemático, alineándose con autores como Roz Chast y Sarah Glidden. Menos realista que Backderf, Mora no busca mostrar la especificidad de los personajes; sus imágenes son simples e icónicas, pero aún destacan los rasgos distintivos de los personajes de Grito de Victoria.
Esta diferencia estilística cobra mayor sentido si se tiene en cuenta el carácter fundamentalmente documental de Kent State de Backderf, en contraste con el enfoque más libre e inspirado en hechos reales de Grito de Victoria de Mora. Mientras que Backderf se concentra en una representación precisa y detallada de los eventos históricos y los individuos involucrados, Mora permite una mayor flexibilidad creativa en su narración, enfatizando la universalidad de las experiencias a través de una iconografía simplificada.
Por otra parte, en Grito de Victoria, Mora emplea la NG como una herramienta para desafiar el discurso homogenizado sobre política y violencia difundido por los medios tradicionales en México, como Televisa (Paraleerenlibertad, 2017, 16:11). La obra expone y critica la cobertura mediática de eventos clave como el Halconazo y las protestas de YoSoy#132, subrayando las discrepancias y omisiones de la narrativa oficialista.
Con una vocación casi periodística y un estilo híbrido que se nutre de su propia experiencia personal, Mora ficcionaliza a los personajes centrales y documenta los eventos sucedidos. Para ello, incluye documentos y entrevistas que evidencian el rigor investigativo detrás de su obra (Paraleerenlibertad, 2017, 21:11-23:35).
De manera similar, en Kent State, Backderf utiliza fotografías existentes para enriquecer y reforzar su discurso gráfico, destacando cómo el uso de imágenes documentales de archivo —que tiene una circulación restringida— puede potenciar la representación gráfica y proporcionar elementos para el conocimiento y la discusión pública sobre estas memorias.
Hay que señalar que, pese a algunos puntos de contacto, subsisten diferencias entre ambos autores. Por ejemplo, las referencias de Backderf en su trabajo son a la vez más generales y más locales. Su inspiración no se limita a autores de la NG social, sino que abarca otro tipo de influencias. Backderf ha señalado que encuentra inspiración en el cine, particularmente en el estilo narrativo de los hermanos Coen, lo que sugiere una adopción de técnicas cinematográficas en la construcción de sus narrativas gráficas.
Además, sus referencias locales incluyen a autores norteamericanos clásicos de la novela gráfica, como Lynda Barry, Spain Rodriguez y Richard Corben (Society of Illustrators, 2021). Esta combinación dinamiza su obra y le permite trabajar de manera más fluida en su narrativa visual. Al hacerlo, Backderf se inserta en una tradición específica de la NG norteamericana, al mismo tiempo que expande sus fronteras al incorporar técnicas y estilos de otras formas artísticas, lo que le da mayor versatilidad a su trabajo.
Otro tema central para comprender las interpretaciones locales de los fenómenos globales que se presentan en estas NG es el de la Guerra Fría. En este caso, resulta relevante señalar que tanto la represión del Halconazo como la de la Universidad de Kent se sitúan temporalmente en el marco de la profundización de la globalización, entendida como economía-mundo y caracterizada por la desinstitucionalización del Estado y la consolidación del discurso central de la economía.
Este proceso, que se intensificará con el fin de la Guerra Fría, a través de la idea del "fin de la historia" y del triunfo de la democracia liberal y el libre mercado, apenas se está gestando en 1970. Entender este contexto es analíticamente relevante, pues nos permite observar cómo, desde una lectura realizada en la segunda década del siglo XXI, estos dos autores están observando o pasando por alto este aspecto.
Sobre esto hay que decir que tanto en Grito de Victoria como en Kent State la Guerra Fría se aborda como el contexto central de la violencia contra los estudiantes, presentándose como un aspecto común de la movilización y resistencia estudiantil en ambos espacios (Society of Illustrators 2021, 17:45; Paraleerenlibertad, 2017). Ambos trabajos reconocen el marco internacional en que se sitúan las manifestaciones de finales de los 60 y principios de los 70, subrayando cómo las tensiones globales de la Guerra Fría influyeron en la represión de los movimientos estudiantiles (Backderf, 2020, p. 9; Mora, 2013, p. 79).
En Kent State, el contexto no es solo decorativo; está integrado en la trama, enriqueciendo la narrativa. La vida cultural y política de los estudiantes, reflejada en la música, la moda y las discusiones sobre el Cuerpo de Capacitación de Oficiales de la Reserva, contrasta con la postura de la Guardia Nacional y los políticos. Este contraste refleja el ambiente de la época y destaca la profunda división social y política en EE.UU.
Conjuntamente, esta dicotomía interna pone en evidencia la oposición entre el discurso internacional general sobre la Guerra Fría —que parecía estar en un proceso de distensión desde finales de 1960 (Grand, 2007, p. 534)— y el sectarismo que prevalecía en el ámbito doméstico. Así, Kent State no solo captura el conflicto particular de los estudiantes contra las autoridades estatales, sino que también ofrece una reconstrucción informada y crítica sobre las tensiones y contradicciones inherentes a la sociedad estadounidense durante el inicio de la década de 1970.
Este reconocimiento del contexto internacional invita al lector a comprender los eventos de violencia y resistencia de los años 70 como parte de un fenómeno global. Al enmarcar las protestas estudiantiles dentro de la Guerra Fría, los autores muestran cómo los conflictos ideológicos y políticos de la época provocaron respuestas represivas, al tiempo que proponen reflexionar sobre estos hechos desde una perspectiva local y global.
Memorias de la represión en el ámbito transnacional
Como se pudo observar en los apartados anteriores, Grito de Victoria y Kent State representan ejemplos concretos del desplazamiento temático de la NG hacia cuestiones sociopolíticas —en este caso, la represión estudiantil y sus memorias10. Al tiempo que documentan y analizan eventos de represión estudiantil, las obras de Mora y Backderf pueden servir como herramientas de reflexión y movilización para la sociedad civil mexicana y estadounidense en un mundo interconectado. Ambas abordan temas serios sobre la represión, destacando memorias socioculturales que siguen siendo debatidas en México y Estados Unidos (cf. supra, pies de página 2 y 6). Su discusión, por ejemplo, se extiende a espacios públicos, como ferias del libro y cursos estudiantiles, contribuyendo a una creciente conciencia sociopolítica en el contexto de la globalización de la memoria (cf. Assman y Conrad, 2010).
Visto desde esta perspectiva, es lógico que, en Grito de Victoria, Mora relacione dos eventos de represión estudiantil en México: la masacre del 10 de junio de 1971 y la represión durante las protestas contra la toma de posesión de Enrique Peña Nieto en 2012. El autor señala la continuidad de la violencia desmedida por parte de las fuerzas del orden y busca fomentar una memoria activa y comprometida. Así, los lectores comprenden cómo los patrones de la represión se repiten en el tiempo y la relevancia de la memoria en la lucha por justicia y derechos humanos en el México actual.
Hay que recordar que Grito de Victoria representa las represiones a los estudiantes en 1971 y 2012, esbozando paralelamente una historia cultural de la Ciudad de México. A través de las dos líneas narrativas que se superponen, la NG ofrece un panorama de las transformaciones urbanas, tecnológicas y artísticas, junto con las persistencias que definen la identidad y el devenir de la ciudad. Las transformaciones son evidentes en la evolución del paisaje urbano, los avances tecnológicos y los cambios en las expresiones artísticas, que reflejan el dinamismo y la adaptación de la ciudad a lo largo del tiempo.
Mora sitúa en una realidad aparentemente cambiante la persistencia de elementos fundamentales como la participación pública de los estudiantes en la discusión de demandas sociales, señalando que estos continúan desempeñando un papel protagónico como actores de la ciudadanía activa en México. Asimismo, la violencia policial se presenta como una constante amenaza a la manifestación ciudadana, subrayando la continuidad de la represión estatal frente a la protesta social.
Aunque en Kent State el enfoque de Backderf es más localizado, el autor ha expresado que su interés por la memoria de estos eventos está profundamente ligado a la experiencia contemporánea de violencia contra la ciudadanía en Estados Unidos, especialmente los abusos policiales contra la comunidad afroamericana en el contexto del movimiento Black Lives Matter (Society of Illustrators 2021, 14:50-15:07).
Habría que anotar adicionalmente que, en términos de recepción, Kent State ha encontrado un eco significativo más allá de los Estados Unidos. En Francia, por ejemplo, la NG recibió una importante acogida en el marco de las protestas de los Gilets jaunes. Esto revela cómo las temáticas abordadas en las NG pueden trascender los contextos nacionales cuando se cuenta con un músculo editorial fuerte y cuando hay un interés en el medio gráfico, como es el caso francés.
Buscando lograr un doble objetivo, Backderf aborda la represión destacando cómo esta es impulsada por la paranoia de los agentes militares en Estados Unidos en 1970, y reconociendo la riqueza cultural del movimiento estudiantil. Propone así un diálogo entre la represión en Kent y otros eventos, cuyas memorias, al conectarse, pueden profundizar la reflexión sobre la violencia y su impacto social y político para el lector actual.
Este acercamiento tan detallado y focalizado en torno a las memorias sobre la represión estudiantil sugiere que la presencia de los ilustradores y novelistas gráficos en la arena pública los sitúa también como “emprendedores de memoria”,11 que se insertan de manera activa en el debate público en torno a urgentes debates sobre injusticias del pasado reciente.
Habría que agregar que este interés por participar en el debate sobre las memorias de las violencias surge en un contexto donde otras instituciones, que tradicionalmente han discutido estos temas muchas veces en diálogo directo con el Estado,12 tienen un margen de maniobra menos amplio o han visto minada su legitimidad en ciertos sectores sociales. A su vez, el Estado está constantemente sometido a críticas por parte de los nuevos actores de la globalización, y su rol es percibido como menos central por la ciudadanía en el marco de la movilización social.
En el contexto contemporáneo, una parte de estas lecturas críticas sobre los eventos represivos pone énfasis en temas de disputa compartidos por grupos que comparten inquietudes a nivel internacional, reflejando preocupaciones comunes (pero expresadas localmente) sobre la violencia estatal y la represión. Por ejemplo, NG como Persepolis de Marjane Satrapi, que documenta la revolución iraní y sus consecuencias, y Maus de Art Spiegelman, que explora una historia personal del Holocausto, muestran cómo los ilustradores abordan las memorias de violencia de Estado contra diversos grupos, conectando experiencias locales con audiencias globales.
En el ámbito artístico, grafistas, documentalistas y artistas plásticos están cada vez más involucrados como nuevos emprendedores de memorias. Esto se debe a que su perspectiva les permite tratar temas concretos y ofrecer detalles que pueden pasar desapercibidos para otros. Además, no están limitados por una agenda política explícita, lo que les da mayor libertad para explorar diferentes aspectos de la memoria. También pueden plantear interrogantes menos tradicionales, sin estar necesariamente atados a las demandas de justicia y verdad, aunque sus propuestas pueden enriquecer el debate y ampliar las perspectivas sobre la memoria de la violencia.
De manera análoga, tanto Mora como Backderf realizan ejercicios creativos y documentales que no solo esclarecen un pasado reciente, sino que también invitan a la reflexión sobre la acción social y política en el presente, que se alimenta de las experiencias del pasado reciente. Así, ponen en evidencia la conexión intrínseca entre memoria y activismo. Estas reconstrucciones gráficas sobre la represión estudiantil y sus memorias articulan entonces el pasado/presente/futuro de manera particularmente presentista (Hartog, 2012, p. 164), con una memoria útil(itaria) y con una vocación patrimonial e identitaria en torno a los jóvenes y a los estudiantes.
La NG posee, por ello, una notable vocación de comunicación global de las memorias, buscando conectar con lectores de diversas geografías sin perder de vista las demandas y especificidades de su propia sociedad. Esta capacidad se manifiesta en el encuentro entre la narrativa escrita y la gráfica, en el cual se conjugan la especificidad de la representación visual —que abarca un espectro que va desde lo abstracto hasta lo realista— con el recurso del lenguaje, que también fluctúa entre la abstracción y el estilo coloquial y directo (McCloud, 1994, pp. 144-147). Esta interacción permite que la NG transmita significados complejos y matizados, adaptándose tanto a las demandas locales como a los intereses globales.
La NG contemporánea ocupa un lugar como una herramienta esencial en la formación y la discusión de memorias sociales en el contexto transnacional. Su capacidad para cruzar fronteras geográficas y culturales subraya su rol en un diálogo cultural y generacional continuo, reflejando y enriqueciendo las luchas sociales locales y las memorias y disputas por la justicia con alcances globales. A través de la interacción entre lo local y lo global, la NG aborda temas sociopolíticos con sus recursos estilísticos propios, como evidencian las obras Mora y Backderf.
Grito de Victoria y Kent State demuestran cómo las temáticas locales en el contexto transnacional contemporáneo se elaboran en narrativas híbridas (por su uso de fuentes, espacios de contacto entre medios y posibilidades de lecturas heterogéneas) que profundizan nuestra comprensión de interrogantes y demandas comunes por la justicia. A pesar de los riesgos de banalización y mercantilización que conlleva la "glocalización", estas NG dan cuenta de la acentuación del interés documental de la novela gráfica, que continúa siendo un campo fértil para la innovación artística y cultural, facilitando un diálogo intercultural y una reflexión crítica sobre las memorias sociopolíticas contemporáneas.
Al integrar elementos documentales, autobiográficos y ficcionales, ambas obras documentan eventos de represión estudiantil y sirven como catalizadores para la reflexión y la movilización de la sociedad en el presente. Al entrelazar memorias específicas con narrativas culturales y sociales más amplias, Grito de Victoria y Kent State destacan la importancia de los creadores gráficos como agentes participantes en la preservación y reinterpretación de la memoria colectiva. En este contexto, el lenguaje gráfico se establece como un puente vital para alimentar las discusiones en la arena pública y desplazar los lugares de reflexión habituales de la historia reciente en clave transnacional.
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Fuentes primarias
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1. Investigador posdoctoral del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT) en el Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), granadacardona@comunidad.unam.mx, https://orcid.org/0000-0002-3601-192X
2. Este artículo recoge algunos de los resultados de investigación del proyecto “Vidas, memorias e historias del 10 de junio de 1971 en México y el 16 de mayo de 1984 en Colombia en el marco de las Comisiones de Esclarecimiento de la Verdad”, financiado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT) y desarrollados en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
3. Este enfoque reconoce que los fenómenos sociales no pueden entenderse plenamente dentro de los límites de un solo Estado-Nación, sino que deben analizarse en múltiples niveles - económico, cultural y político - que interactúan de manera dinámica en un contexto global. En esta perspectiva, la acción social es vista como un proceso dinámico y fluido, en constante cambio y adaptación a las influencias y conexiones transnacionales. (Cf. Cohen, 2006; Urry, 2003; Wieviorka, 2007)
4. Sobre el Halconazo habido una amplia producción que se ha intensificado a partir de 2021 con motivo de las conmemoraciones de su quincuagenario, entre las que cabe destacar la historia oral Volvimos a salir, publicada por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México con el apoyo de la Secretaría de Gobernación de México, y el trabajo 10 de junio no se olvida: organización estudiantil, narraciones y memoria de El Halconazo 1971 publicado por la Universidad Iberoamericana.
5. El movimiento YoSoy#132 surgió en 2012 cuando estudiantes de la Universidad Iberoamericana protestaron contra el candidato Enrique Peña Nieto, y fueron descalificados como "acarreados". En respuesta, 131 estudiantes subieron un video mostrando sus credenciales universitarias, lo que llevó a la creación de la etiqueta #YoSoy132. El movimiento se centró en democratizar los medios, la transparencia electoral y criticar el monopolio de Televisa y TV Azteca. Se extendió a otras universidades y sectores de la sociedad, reflejando el descontento con la democracia y los medios en México. (cf. Estrada Saavedra, 2014)
6. Para ver algunas de las imágenes del comic cf. https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/35bdf0d0-8ccd-4d10-8e3e-e1a612a54874/grito-de-victoria
7. Para ver algunas de las imágenes del comic cf. https://www.kent.edu/cas/news/graphic-novelist-derf-chronicles-may-4-tragedy
8. Aparte de la NG de Backderf, es importante resaltar el libro The May 4, 1970 Kent State University shootings: Thirty years of myths, memorials and commemorations de Mona Greenberg y los artículos “Kent State/May 4 and postwar memory” de John Fitzgerald O’Hara y “Remembering May 4, 1970: integrating the commemorative field at Kent State” de Christina Steidl, que abordan directamente la masacre de Kent en clave de estudios sociales de la memoria.
9. Black Lives Matter (BLM) es un movimiento social internacional que comenzó en EE.UU. en 2013 para combatir el racismo y la violencia contra los afroamericanos, especialmente la brutalidad policial. Nació tras la absolución de George Zimmerman por el asesinato de Trayvon Martin, un adolescente negro desarmado. BLM organiza protestas en EE.UU. y en todo el mundo. El movimiento ganó fuerza tras las muertes de Eric Garner, Michael Brown y George Floyd, lo que generó grandes manifestaciones. BLM busca responsabilidad policial, justicia social y cambio sistémico. (cf. Encyclopædia Britannica, 2021)
10. Habría que recordar que la gráfica siempre ha tenido un componente político. Por ejemplo, las tiras cómicas de los periódicos que desde sus inicios han sido un espacio de discusión de la coyuntura política. Sin embargo, a pesar de la existencia de ejemplos destacados en el lenguaje de la gráfica contemporánea (las obras de Spiegelman, Sacco, Satrapi, mencionadas en este artículo dan cuenta tanto de su importancia como de su excepcionalidad), el análisis político no había sido siempre un foco central o dominante de su interés.
11. “Entendemos por tales a las personas o grupos que llevan adelante iniciativas relacionadas con las memorias de pasados de violencia política, con el fin de convertir sus demandas frente al Estado en una cuestión pública” (Jelin, 2018, p. 161)
12. Ejemplos de estos actores serían las comisiones de la verdad, otras instituciones de justicia transicional, oficinas de derechos humanos, universidades, centros de investigación, ONGs dedicadas a la defensa de los derechos humanos, medios de comunicación, organizaciones de víctimas y sobrevivientes, iglesias y organizaciones religiosas, así como sindicatos y movimientos sociales.