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ISSN 1851-2577

#21 | Deporte(s), sociabilidad(es) y política(s). Intersecciones para el análisis del mundo contemporáneo

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Deporte(s) y subjetividad(es)

Por José Garriga Zucal11. Consejo Nacion (…)

Cada cuatro años la competencia de los seleccionados masculinos de fútbol visibilizan interrogantes socio-antropológicos, de largo aliento, que ante estos eventos brotan con fortalezas renovadas. En este número el fútbol es desplazado de su lugar protagónico y emergen otros deportes donde nuevas preguntas y viejas certezas se abren al análisis. Dicho desplazamiento es un logro de este campo de investigaciones que al conquistar otros horizontes mostró su fortaleza para renovar sus problemas de investigación. Así, el rugby, el crossfit y las actividades físicas al aire libre se convierten en objetos de investigación. Estos nuevos objetos, junto a reflexiones sobre la seguridad en el fútbol, la dirigencia y la política en los clubes o la reflexividad de los docentes al discutir un plan de estudio, permiten en este dossier repasar/revisar/repensar la construcción de la subjetividad en la sociedad contemporánea. Ésta es una de las tantas viables lecturas de los trabajos de este dossier, sobre ese camino recorreremos en esta presentación.

Las actividades físicas, competitivas o no, regladas o no tanto, emergen como un escenario privilegiado para pensar la construcción de la subjetividad. Junto a Elías aprendimos que la ligazón entre modernidad y deporte era de una fortaleza inconmensurable. El autocontrol y la regulación de las emociones, particularidad característica de la modernidad, encontraba en el deporte un lugar privilegiado para su desarrollo. Así, modernidad y deporte trabajaron sincronizadamente en la construcción de una subjetividad. La regulación de las pasiones era el pilar de la subjetividad racional de la modernidad. Los deportes y las actividades físicas funcionaron -¿siempre?, volveré sobre este interrogante- como un pilar privilegiado de la conformación de individuos modernos.

Ahora bien, los tiempos han cambiado y nos preguntamos: ¿el nuevo escenario social necesita/ordena/crea nuevas formas de subjetividad? ¿los deportes como contribuyen a su concreción? Para con la primera pregunta no tenemos dudas. Entendemos, como Byung-Chul Han, que el capitalismo contemporáneo -neoliberal- propone en su máxima expresión la autoexplotación. Algunas prácticas deportivas contemporáneas hacen del deseo de autosuperación su leitmotiv. ¿Es la autosuperación una forma de la autoexplotación? Elementos varios tenemos en el campo de los estudios del deporte para pensar esta relación. Existen nuevas formas de subjetividad necesarias para con las formas contemporáneas del capitalismo y el deporte contribuye a su creación. Boltanski y Chiapello desnudan que “el nuevo espíritu del capitalismo” representado en la libertad del deseo orienta sus prácticas al goce y a la búsqueda del placer. Muchos deportes son practicados en el placer y el goce de la autosuperación funcionando como herramientas eficaces en la construcción de esta nueva subjetividad. Además, siguiendo a Merklen podemos analizar como las políticas públicas en el deporte fomentan los procesos de individuación,

Volvamos en el tiempo. Nos cabe ahora mostrar la otra cara de esta construcción de la subjetividad moderna. Los deportes y las actividades físicas resultaron pilares -endebles y contradictorios- en la construcción de modernas ideas de persona. Cuando Archetti ideó la noción de zona libre puso en escena estas debilidades. Llamaba así a los ámbitos donde se reinventaban las identidades pero de modo más creativo que en los espacios clásicos impuestos por la modernidad: el Estado, la Escuela, el servicio militar obligatorio, entre otros. Las zonas libres eran espacios menos controladas por los aparatos institucionales y la creatividad podía – y lo hacía- emerger con aristas poco racionales. Así el deporte, jugado en las zonas libres, articulaba la regulación de algunas pasiones con la búsqueda de la victoria a como de lugar. Como muestra Archetti y Frydenberg la caballerosidad del fairplay fue sacrificada, prontamente, en aras de la búsqueda del prestigio deportivo; prestigio posible de realizarse con artimañas no siempre legales. El respeto a las reglas, valor que hace de la competencia deportivas hito de la modernidad ante el caos de las prácticas físicas premodernas, sucumbe. Y así sucumbe una parte de la subjetividad moderna, ya que el respeto a las reglas deportivas era la clave de la racionalidad moderna. Aquí en los márgenes del mundo, pero no sólo aquí, la modernidad deshizo creativamente sus propias reglas. El deporte racionalizó la regulación de algunas pasiones pero no todas, o no de la misma manera. Un dispositivo con fallas y líneas de fuga. Parafraseando a Latour sostengo que el deporte nunca nos hizo modernos.

Además Tampoco la constitución de las subjetividades en esta era pos -no sabemos bien cómo nombrarla- es la idealizada por las políticas de la individuación. En los trabajos de este dossier -el de Branz y el de Rodríguez y Kalin- tenemos pistas, argumentos y datos para dar cuenta/pensar/abordar fugas y fallas de los procesos de individuación, que forman colectivos donde la activación debería ser individual o reniegan de la subjetividad moldeada al calor del grupo. Así como Archetti ideó la noción de zonas libres para dar cuenta de los espacios de fugas y fallas de la modernidad racionalizadora, deberíamos ahora crear una noción que analice el proceso de individuación incompleto, parcial e imperfecto.

Como contracara, el artículo de Roldán y Godoy analiza las políticas públicas que activa los procesos de individuación en la afirmación de una idealización del espacio público. La gestión de las políticas idealiza/moldea el espacio configurando imágenes inclusivas, sustentadas en corporalidad heteronormativas, que excluyen e invisibilizan una poción de la ciudad y de sus individuos. El trabajo de Rosa, entre otras ricas aristas, sitúa el problema de las políticas públicas en una posición diferente. Al analizar la gestión de la seguridad en los espectáculos futbolísticos nos ayuda a pensar cómo la legitimidad de la gestión de la seguridad se sustenta en la construcción de las víctimas como pasivas. El proceso de individuación queda aquí relegado, ya que no se representa a la víctima como un agente que debe “activarse” o “responsabilizarse” – siguiendo a Merklen- sino un no-agente que sufre las acciones de los denominados “barras Bravas”; agentes estos sí de la incivilidad.

El trabajo de Levoratti analiza a un grupo de docentes enfrascados en la discusión sobre un plan de estudios. La recurrente interpretación de los actores sobre el deporte y sus sentidos habilita un abordaje sobre la reflexividad. Así, posiciona a estos actores en el lugar de sujetos críticos, reflexivos sobre sus acciones y sus relaciones sociales. La característica abordada por Levoratti, la reflexividad de la agencia social, es de suma relevancia para interpretar/analizar las subjetividades contemporáneas. El artículo de Hang estudia a la dirigencia de un club social y deportivo de la Ciudad de La Plata analizando las vicisitudes de la categoría nativa de política. En ese derrotero el trabajo ilumina un área de suma relevancia para pensar las subjetividades contemporáneas: las emociones. Y aún más, el trabajo aborda la politización de las emociones otorgando herramientas valiosas para comprender los procesos políticos actuales en la Argentina.

Siguiendo la vuelta epistemológica que presenta el trabajo de Levoratti, podemos comprender las razones por las cuales el trabajo de Branz y el de Rodríguez y Kalin proponen como punto de partida escuchar a nuestros informantes, superando las miradas condenatorias. Aún más importante, este giro epistemológico, recupera la perspectiva de los actores sin creer que existe algo “oculto”. Como continuidad de esta propuesta y, retomando también algunas de las invitaciones teóricas de Latour, los trabajos de Levoratti y de Hang advierten sobre la imposibilidad de escindir la vida social e interpretar a los deportes aislados de un entramado social más amplio; es sustantivo incluir a los actores en varios planos de interacción diversos que se solapan incoherentemente.

Decíamos que reflexionar sobre la construcción de la subjetividad es uno de los caminos posibles de este dossier: los invito a descubrir otros a leer.

1.

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Universidad Nacional de San Martín (UNSAM)