“Donde hubo muerte hoy hay vida”
Procesos de resignificación de espacios vinculados al terrorismo de Estado en Argentina
Por Dolores San Julián11. Antropóloga, d (…)
Resumen↑
El objetivo de este trabajo es analizar los usos y sentidos otorgados a las categorías de “lugar de muerte” y “lugar de vida” en el marco de la política desarrollada en Mansión Seré (Morón, Buenos Aires), un sitio de memoria construido en el mismo lugar donde, durante la última dictadura militar en Argentina (1976-1983), funcionó un centro de tortura y desaparición de personas. Para ello nos centramos en el análisis de la prueba atlética que se realiza anualmente en este sitio para conmemorar el último golpe de Estado. A través de observaciones y entrevistas analizamos los discursos y las prácticas que expresan y recrean estas dos categorías de “lugar” y los desplazamientos de sentido que se ponen en juego. Indagamos a su vez cómo se articulan las prácticas conmemorativas con las deportivo-recreativas y las tensiones que se han producido al respecto entre los actores vinculados al sitio.
Palabras clave
Mansión Seré, conmemoración, deporte, lugar de memoria, política de la memoria.
Abstract↑
The aim of this article is to analyze the uses and meanings of the categories “death place” and “life place” in the context of the policy developed in Mansión Seré, a place of memory built in the same place where, during the last argentine dictatorship (1976-1983), operated a center of people’s torture and disappearance. We focus in the marathon that take place annually in Mansión Seré to commemorate the last coup d´état. Through observations and interviews, we analyze the discourses and practices that express and recreate these two categories of “place” and the displacements of meaning that are on the line. Finally, we explore how commemorative and sport activities were articulated and the tensions that produced between people linked to the place.
Key words
Mansión Seré, commemoration, sport, place of memory, policy of memory.
recibido: 16/11/2016
aceptado: 8/7/2017
Introducción↑
“Donde hubo horror y muerte, hoy hay vida” es una frase que se escucha con frecuencia en los espacios de producción de políticas de la memoria sobre el pasado reciente, para aludir y significar los procesos de transformación llevados a cabo en los edificios donde, durante la última dictadura militar en Argentina (1976-1983), funcionaron centros de tortura y desaparición de personas. Desde mediados de los años 90, restituida la democracia pero en un contexto donde los caminos de la justicia se encontraban bloqueados por la existencia de las leyes de Punto Final (1986) y Obediencia Debida (1987)22. Las mismas fue (…) , diferentes actores ligados al movimiento de derechos humanos se han movilizado en torno a esos edificios para exponer públicamente su relevancia, como prueba judicial y como espacios de transmisión de las memorias sobre el terrorismo de Estado. A partir del año 2000, este tipo de iniciativas se multiplicaron y muchas de ellas lograron plasmarse en propuestas vinculadas a la creación de lugares públicos de rememoración (Messina, 2010).33. Con la llegada (…)
Desde entonces estos sitios de memoria han sido en general proyectados como espacios donde no sólo se recuerde su uso trágico en el pasado (bajo la consigna “recordar para no repetir”) sino donde también se exprese la “vida” a través de diversas manifestaciones, dando lugar a la producción de dos imágenes contrapuestas y a la vez complementarias sobre ellos: como “lugares de muerte” y como “lugares de vida”. De este modo, quienes se encuentran a cargo de la gestión de estos sitios han desarrollado estrategias de intervención que combinan actividades rememorativas con otras de índole artística, académica, educativa, deportiva, recreativa, etc. En algunos casos esto ha provocado tensiones y/o conflictos entre actores que proponen priorizar su uso al recuerdo de lo sucedido durante la dictadura y quienes abogan por un destino más amplio, en tanto espacios de formación ciudadana.44. Existe una amp (…)
El objetivo de este trabajo es analizar los usos y sentidos otorgados a las categorías de “lugar de muerte” y “lugar de vida” en el marco de la política de la memoria desarrollada en el ex Centro Clandestino de Detención (CCD) conocido como Mansión Seré. Para ello hemos centrado el análisis en la prueba atlética que se realiza anualmente en este espacio para conmemorar el día en que se produjo el último golpe de Estado en el país, el 24 de marzo de 1976.55. Los Centros Cl (…) En primer lugar, describimos y analizamos cómo se han articulado en Mansión Seré las prácticas de conmemoración y transmisión de las memorias sobre la violencia de Estado con otro tipo de prácticas (deportivas-recreativas) y las tensiones que se han producido al respecto entre los actores vinculados al sitio. Luego, analizamos los discursos y las prácticas desarrolladas en el marco de la conmemoración en cuestión, las cuales han contribuido a recrear una imagen donde Mansión Seré es proyectada como un espacio donde “la vida triunfa sobre la muerte”. Finalmente, indagamos en las significaciones asociadas a estos términos y los desplazamientos de sentido que se ponen en juego.
Es importante aclarar que cuando nos referimos a la política desplegada en Mansión Seré lo hacemos en la acepción restringida del término que propone Besse (2007) para pensar las políticas de la memoria como “cursos de acción institucional” específicos, compuestos por planes, proyectos y programas que materializan y gestionan determinadas lecturas sobre el pasado. De acuerdo a esto, los usos del ex CCD y las categorías que expresan dichos usos son analizados desde la perspectiva de quienes se encuentran a cargo de o vinculados a la gestión del sitio (investigadores, funcionarios políticos de alto rango, miembros de organismos de derechos humanos66. Los organismos (…) , principalmente) y no, al menos en el contexto de este trabajo, desde la posición de quienes, por ejemplo, se convierten en los destinatarios de dicha política.
Mansión Seré como sitio de memoria↑
El CCD conocido como Mansión Seré o Atila funcionó entre 1977 y 1978 en una casona antigua de propiedad estatal, ubicada en la ciudad de Morón, en la zona oeste del Gran Buenos Aires.77. Durante la últ (…) La fuga de cuatro detenidos desaparecidos dio lugar a su desarticulación y cierre como centro de tortura y desaparición, seguido de la destrucción parcial del edificio. Ya en democracia, el gobierno local decidió demolerlo completamente, como parte de las obras de construcción de un polideportivo municipal.
En el año 2000, el entonces intendente municipal de Morón, Martín Sabbatella, y la Asociación Seré por la Memoria y la Vida88. La Asociación (…) , convocaron a un equipo de arqueólogos de la Universidad de Buenos Aires para excavar el terreno donde estuvo emplazada la mansión, hallar sus cimientos y convertirlo en un espacio dedicado a la memoria. Ese mismo año, otro edificio ubicado en el mismo predio fue transformado en la Casa de la Memoria y la Vida, como sede de la Asociación Seré y de la Dirección de Derechos Humanos, una nueva dependencia municipal creada en ese mismo momento para “contribuir a la búsqueda de la verdad y la justicia, promover la memoria colectiva sobre la historia reciente y generar un espacio de participación y diálogo en torno a los derechos humanos”.99. Fuente: http:/ (…)
Cabe mencionar que la zona de excavación de la mansión, actualmente denominada Espacio Mansión Seré, y el edificio que alberga la Casa de la Memoria se encuentran dentro de un predio de once hectáreas donde también funciona el Polideportivo Gorki Grana y la Dirección de Deportes municipal. Esta circunstancia, es decir, el hecho de que el sitio de memoria se encuentre emplazado en el mismo espacio donde funciona un campo de deportes, ha facilitado la imbricación de actividades deportivas y recreativas con otras vinculadas a la promoción de los derechos humanos y la construcción de la memoria (San Julián, 2014), como es el caso de la conmemoración anual del último golpe de Estado. La primera actividad de este tipo en Mansión Seré tuvo lugar en el año 2000, poco después de que Sabbatella asumiera la intendencia de Morón.1010. Martín Sabbate (…) Con el tiempo se convirtió en una de las políticas municipales con mayor impacto mediático, dada la amplia cobertura y la masiva convocatoria con la que anualmente cuenta.
La conmemoración implica generalmente dos o más días de actividades. El mismo 24 de marzo se realiza un evento deportivo y una sesión extraordinaria del Concejo Deliberante en el sitio. El fin de semana anterior los organismos de derechos humanos locales realizan un recorrido por los ex centros clandestinos de la zona oeste del Gran Buenos Aires. Finalmente, el fin de semana siguiente al 24 se realiza una jornada de actividades artísticas y culturales que concluye con un acto central y un show musical de cierre en el polideportivo. En la organización y/o realización de estas actividades intervienen diversos actores vinculados a Mansión Seré, provenientes tanto de la esfera estatal como de la sociedad civil. Nos referimos específicamente a los trabajadores del sitio y otras dependencias municipales, funcionarios y miembros de asociaciones de derechos humanos. Para ello se realizan reuniones en los meses previos a la fecha para evaluar y coordinar las propuestas. Por cuestiones de espacio en este trabajo nos limitaremos a analizar en profundidad sólo una de ellas, la llamada “Prueba Atlética por la Memoria, la Verdad y la Justicia”.
Es importante aclarar que el marco temporal del análisis se limita a las prácticas observadas entre los años 2009 y 2013, periodo en que realicé el trabajo de campo y que coincide con la gestión de Lucas Ghi, sucesor y hombre de confianza de Martín Sabbatella. En este sentido, el trabajo no contempla las transformaciones que hayan podido producirse a partir del último cambio de gobierno.1111. Lucas Ghi (Fre (…) Mi experiencia como trabajadora de este espacio de memoria durante casi ocho años me ha facilitado el acceso al campo, me ha permitido “estar ahí”, conocer los detalles de lo que se dice y lo que se hace, pero al mismo tiempo me ha implicado tomar distancia y convertir en objeto de estudio procesos en los que he participado activamente.
Deporte y memoria: tensiones sobre los usos del espacio↑
La actividad que se realiza cada 24 de marzo en Mansión Seré resulta singular dentro del campo de producción de políticas de la memoria, no sólo por su masividad -más de 6000 corredores en los últimos años- sino sobre todo por el vínculo que en ella se establece entre la memoria y el deporte. Desde el 2005 deportistas y aficionados corren por un circuito de 10 km. cuyo puesto de partida y de llegada se ubica en el polideportivo. La participación es abierta y gratuita y los participantes se inscriben en diferentes categorías por edad.
El día del evento el predio se llena de personas vestidas con camisetas cuya inscripción señala “Corremos por la Memoria, la Verdad y la Justicia”. En la calle de entrada se instalan vendedores de ropa y accesorios deportivos. Adentro, los corredores entrenan y calientan los músculos. El puesto de partida, señalizado con un inmenso arco inflable, se ubica en uno de los caminos internos del polideportivo en proximidad a la calle. Allí se colocan, encabezando la columna de corredores, el intendente municipal, otros funcionarios de gobierno y representantes de organismos de derechos humanos. Antes de iniciar la carrera, se realiza un breve acto denominado “largada simbólica”, donde se anuncia y aplaude a los invitados y funcionarios presentes. Luego la columna atraviesa el arco inflable y avanza hasta el puesto de “largada oficial” ubicado sobre la calle, caminando en silencio y sosteniendo un cartel que dice “Nunca Más”, recreando de este modo la histórica imagen de las Madres de Plaza de Mayo marchando cada 24 de marzo, acompañadas por una multitud detrás.1212. Desde 1985 cad (…) Al finalizar la prueba atlética, el intendente junto a las Madres presentes entrega los premios a los ganadores en un podio situado en la pista de atletismo.
Algunos, sean los que corren o los que se acercan a observar la carrera aprovechan para recorrer tanto la Casa de la Memoria y la Vida (en cuyos salones se exhiben muestras de arte y fotográficas sobre temas vinculados a los Derechos Humanos) como el Espacio Mansión Seré. El sitio cuenta con un techo que lo protege y pasarelas ubicadas por encima de los cimientos de la antigua casona, que permiten que los visitantes recorran la excavación sin dañar las estructuras. En diferentes puntos del recorrido se emplazan vitrinas con objetos hallados durante los trabajos arqueológicos e infografías que, basándose en testimonios y fotografías de época, dan cuenta del funcionamiento del CCD, así como también de los usos que la mansión tuvo antes y después de la dictadura. Otro tipo de carteles narran los sucesivos contextos históricos, políticos y sociales que permiten comprender las experiencias relatadas. Se pueden distinguir así elementos que cumplen un “rol testimonial” (las marcas, las fotografías y los testimonios) de otros que cumplen un “rol explicativo” sobre los elementos narrativos, visuales y materiales (Guglielmucci, 2012).
Por otro lado, sobre las paredes perimetrales del sitio se exhiben fotografías de los desaparecidos de la zona oeste, aquellas de tipo foto carnet (imagen icónica del desaparecido) pero también otras que muestran escenas de la vida familiar o encuentros con amigos y compañeros de militancia. De manera contigua a la zona de excavación se emplaza el llamado Patio de la Memoria, un espacio abierto con bancos para sentarse e infografías que relatan historias de vida de esas personas desaparecidas. Por último, en el marco de estas conmemoraciones, el Espacio Mansión Seré se transforma en escenario de una diversidad de actividades culturales (obras de teatro, shows musicales, presentaciones de libros) y políticas (actos, homenajes) en las que participan funcionarios, organizaciones de derechos humanos y figuras del mundo artístico.
Podemos decir que en Mansión Seré las prácticas de rememoración y conmemoración de lo sucedido durante el terrorismo de Estado -a través de actividades culturales, políticas y educativas- se hallan imbricadas con prácticas deportivas y recreativas, como es el caso de la conmemoración del 24 de marzo, en tanto producto de un trabajo articulado entre quienes se encuentran a cargo de la gestión del sitio y del polideportivo.1313. Otras acciones (…) En un sentido más general, la coexistencia de un espacio deportivo y recreativo con un sitio de memoria posibilita que quienes asistan al predio para realizar deporte o pasar un momento al aire libre, puedan también recorrer el Espacio Mansión Seré y la Casa de la Memoria, que se encuentran abiertos al público todo el año.
Sin embargo, retomando lo analizado en un trabajo previo (San Julián, 2014), esta imbricación de espacios, usos y prácticas no fue inicialmente aceptada por todos los actores y se convirtió en un punto de discusión inicial entre los organismos de derechos humanos, el grupo de arqueólogos y los funcionarios municipales. Durante los primeros debates que se dieron en torno a cómo llevar a cabo el proyecto de excavación, surgieron posiciones encontradas entre quienes sostenían la necesidad de suspender o trasladar las actividades del polideportivo para excavar libremente en el predio y aquellos que buscaban la manera de integrar ambos espacios. Como recuerda quien fuera por entonces una de las coordinadoras del proyecto arqueológico:
En las asambleas, cuando nos juntábamos todos, había un punto de controversia en poder disponer del uso del espacio, algunos organismos querían separar bien el tema de las funciones, crear un ámbito de memoria y después un ámbito de deportes. Además, surgía el tema de ¿cómo no podemos excavar en todos lados? nosotros les explicábamos, bueno, vamos a excavar acá, porque acá al lado hay una cancha de fútbol que la usa gran parte de la comunidad, por eso no vamos a abrir todo...1414. Entrevista rea (…)
No se trataba sólo de desacuerdos sobre dónde excavar, sino del para qué hacerlo. Para algunos actores, en ese momento inicial, la búsqueda de restos de desaparecidos y la reconstrucción del funcionamiento del centro clandestino constituía una prioridad. Como cuenta un miembro de la agrupación H.I.J.O.S. (zona oeste)1515. H.I.J.O.S. (Hi (…) :
… nosotros pensábamos que había que poner las fuerzas en reconstruir [históricamente] el lugar como centro clandestino, que lo que había pasado en la quinta Seré a nosotros, no sé ahora si nos importa, pero en su momento no nos importaba, creíamos que ahí se tenía que investigar y que el proyecto tenía que ir en base a eso, a buscar si había restos de desaparecidos y reconstruir lo que pasó como centro clandestino, y si los Seré se juntaban a tomar mate o a recibir a los vecinos de la zona, a nosotros políticamente como organismo de derechos humanos no nos importaba y creíamos que no nos servía, no era algo necesario para el lugar, no tenía nada que ver con lo que nosotros apuntábamos… son distintas concepciones de… en realidad para nosotros el trabajo [en Mansión Seré] era el laburo de la antropología forense y la investigación exhaustiva de cada lugar, porque lo que a nosotros nos puede parecer insignificante puede ser algo que te lleve a encontrar una fosa y no sabiendo bien si debajo de la cancha de vóley había restos de desaparecidos, lo primero que había que hacer era excavar…1616. Entrevista rea (…)
Cabe señalar que, desde el comienzo, el proyecto elaborado por el equipo de antropólogos, contemplaba la investigación arqueológica e histórica de los usos del espacio -la mansión y las hectáreas que la rodean- tanto antes, durante y después de la dictadura, lo cual implicaba incorporar no sólo las voces de los sobrevivientes y familiares de desaparecidos sino también de quienes pudieran testimoniar sobre procesos históricos anteriores y posteriores a su uso como CCD.1717. Esto se traduj (…) A futuro proyectaba construir un centro de interpretación abierto a la comunidad.
Las controversias por los usos –posibles y/o deseables- del espacio se inscribían en un debate mayor sobre Mansión Seré y, en general, sobre los espacios de memoria vinculados al terrorismo de Estado. Un debate que versa sobre preguntas tales como ¿para qué sirven los sitios de memoria? ¿qué funciones deberían cumplir? ¿qué contenido tendrían que tener? ¿qué tipo de actividades están en condiciones de admitir? En torno a estas preguntas, en Mansión Seré inicialmente surgieron dos posiciones distintas, aunque no necesariamente excluyentes. Una, sostenida por algunas agrupaciones de derechos humanos, entre ellas H.I.J.O.S., enfatizaba la necesidad de conocer la verdad sobre lo sucedido en el lugar durante la última dictadura, localizar e identificar los restos de las víctimas y aportar a los procesos de justicia. La otra, representada por los funcionarios municipales, los científicos y otros organismos de derechos humanos, establecía un marco temporal más amplio, proyectaba reconstruir la historia larga de la mansión y registrar las memorias asociadas a los distintos periodos históricos.1818. Como muchos ce (…)
Se trataba pues de concepciones diferentes acerca del rol social de los sitios de memoria que resultaban difíciles de combinar a la hora de pensar el uso del predio “en su conjunto”, dada la existencia previa del polideportivo. Por un lado, una perspectiva que remarcaba el rol “testimonial” de Mansión Seré, en tanto evidencia material del terrorismo de Estado, lo cual implicaba explorar arqueológicamente la “totalidad” del predio en busca de esa evidencia. Por el otro, una mirada sobre el sitio que, además de un sentido testimonial, le otorgaba un sentido “museológico” y un valor patrimonial que excedía su funcionamiento como centro clandestino, en tanto buscaba inscribir ese momento dentro de un proceso histórico mayor que diera cuenta de los distintos usos y sentidos sociales que había tenido ese espacio. Desde esta perspectiva, Mansión Seré debía asumir también un rol “pedagógico”. De allí la importancia otorgada al polideportivo como espacio a través del cual se podía captar el interés de un conjunto más amplio de personas.
Como veremos, ambas propuestas lograron articularse en la política de la memoria desplegada en el sitio, aunque ello supusiera descartar la idea de excavar el predio en su conjunto. La investigación sobre el funcionamiento del CCD y el aporte de información a la justicia, aunque constituyeron un eje central de esa política, se desarrollaron en el marco de un proyecto más amplio que contempló la realización de actividades de transmisión y la reconstrucción de la historia global del predio. Si bien la posibilidad de hallar restos humanos permanecía (y permanece) latente, frente a la inexistencia de denuncias judiciales concretas, el proyecto de excavación no incluyó entre sus objetivos específicos la búsqueda de restos de desaparecidos.
Dadas estas circunstancias y las relaciones de fuerzas existentes en su momento, la propuesta que prevaleció fue aquella que buscaba integrar en un mismo espacio el deporte y las actividades al aire libre con el ejercicio de la memoria y la defensa de los derechos humanos. Esta segunda posición, que expresaba una voluntad de respetar los usos y apropiaciones previas del espacio, encontró en el deporte y la actividad al aire libre una vía alternativa de construcción y transmisión de las memorias sobre el pasado dictatorial, un campo que durante los años 80 y 90 estuvo mayormente centrado en las manifestaciones callejeras encabezadas por organismos de derechos humanos. Como explica una de las primeras integrantes de la Asociación Seré:
… por ahí a muchos que no les llegaba por una cuestión de miedo o vaya a saber qué, por ahí con este tema de que venían a hacer actividad física o pasar un día recreativo, también podían pasar por la Casa [de la Memoria y la Vida] por curiosidad y también era una manera de atraerlo y de integrarlo y que conozca su historia, porque nosotros conocemos, como éramos más militantes, conocíamos la toma de conciencia con la militancia, con las marchas, bueno hay otras personas que no, que las cosas le llegan por otro lado…1919. Entrevista rea (…)
El deporte, entonces, no en sí mismo ni por sí solo, sino en tanto vinculado a prácticas de rememoración y conmemoración de lo sucedido durante el terrorismo de Estado, se propone como un “vehículo de memoria” (Jelin y Langland, 2003), orientado a activar y transmitir sentidos sobre el pasado reciente a un público cada vez más amplio y diverso. Cabe señalar que el hecho de que el sitio se presente como un espacio de fácil acceso no significa necesariamente que todas ni aún la mayoría de las personas que frecuentan el polideportivo o participan de la prueba atlética efectivamente lo visiten o hayan visitado, y menos aún que el mensaje que se intenta transmitir desde él sea apropiado del modo en que los actores (funcionarios, trabajadores, organismos) lo esperan. En esta ocasión no nos ocuparemos de analizar esos efectos, lo que nos interesa reconstruir es qué sentidos se intentan transmitir y cómo, es decir, las estrategias desplegadas para hacerlo. En un trabajo posterior cabría pues indagar en los niveles de recepción y los modos de apropiación del relato de la memoria que se expresa en el sitio.
En términos de las estrategias propuestas y retomando lo señalizado por Andermann (2012) para otro caso de estudio, podríamos decir que en Mansión Seré se han articulado tres modalidades de construcción y transmisión de la memoria: aquella que descansa en la materialidad del lugar –las excavaciones y objetos asociados- y el testimonio de los sobrevivientes como modo privilegiado de reconstruir el funcionamiento del CCD (sentido testimonial); otra que apuesta por formas alternativas y diversas de representar y transmitir la experiencia represiva, a través de manifestaciones artísticas, actividades deportivas y políticas (sentido performático); y finalmente aquella que, en términos pedagógicos, reconoce la importancia de contextualizar y producir un relato histórico que sitúe lo sucedido en Mansión Seré (sentido museológico).
Aquí hablaremos de sentido performático como adjetivo de “performance”, para referirnos a eventos o actividades que en su realización incluyen elementos teatrales o presentan cierta teatralidad (Taylor, 2011). No se refiere de modo exclusivo a eventos teatrales ni funciona como adjetivo de teatro, sino que propone analizar dichos objetos “como” teatro o acto teatral.2020. La distinción (…) Teatralidad en un sentido amplio habilita a pensar que esas actividades (un acto conmemorativo, un evento deportivo, por ejemplo) suceden “como” en un escenario, con participantes en vivo y activos, estructuradas alrededor de un guion predefinido pero adaptable a cada ocasión, que requiere el uso del cuerpo y/o la presencia corporal de las personas (de los que corren y de los que acompañan en el caso de la prueba atlética). Podemos decir entonces que la memoria, como la teatralidad, no depende exclusivamente de la narrativa para transmitir ideas, imágenes o recuerdos, ya que los gestos (la “largada simbólica”), el entorno físico (el predio donde funcionó el CCD) y los cuerpos (las Madres acompañadas por una multitud de camisetas rojiblancas) entran también en el marco teatral.
Entre lugar de muerte y lugar de vida↑
Hemos analizado las estrategias empleadas desde el sitio para transmitir las memorias sobre el terrorismo de Estado y las articulaciones que, en el marco de dichas estrategias, se han producido entre prácticas testimoniales y prácticas performáticas. Ahora indagaremos en los significados que envuelven a la prueba atlética como práctica ligada a la conmemoración del último del golpe de Estado. Comprobamos que en los discursos sobre la misma el deporte es visto como expresión de la “vida”. En palabras de quien fuera en ese entonces intendente de Morón:
En esta sexta edición la verdad es que es asombroso ver como se siguen multiplicando los vecinos y vecinas que dicen ¡presente! y que a través de este camino, del deporte, de la actividad física, exigimos memoria, verdad y justicia, en el marco de un mes con una actividad muy intensa vinculada a la promoción de la memoria, y la verdad que como decimos siempre, en este lugar que fue sede del horror, de la tortura, de la desaparición, de la muerte, de las peores aberraciones, ver hoy este clima, la familia reunida, haber reconvertido este espacio, con estas ganas de vivir, de encontrarse, de celebrar la vida, es sumamente gratificante, así que eso nos exige a seguir pensando nuevas iniciativas, a ir renovándonos, pero siempre con el mismo horizonte, la misma premisa, que es colaborar desde un municipio extremadamente comprometido con la memoria, con la bandera de la memoria, la verdad y la justicia.2121. Declaraciones (…)
Mansión Seré se presenta de este modo como un espacio resignificado a través del deporte y otras actividades recreativas, proyectado al mismo tiempo como “lugar de muerte” y como “lugar de vida”, expresiones de dos categorías de “lugar”2222. Nuestra idea d (…) contrapuestas y a la vez complementarias: la primera hace referencia a su uso en el pasado como CCD, aquello que es necesario recordar, pensar y transmitir; la segunda señala su transformación en un sitio donde se manifiesta la “vida” a través del deporte y otras prácticas culturales, políticas y educativas.
Dos maneras de significar el sitio de memoria que encuentran su expresión material y espacial en una sectorización semejante a la analizada por Guglielmucci (2012) para otro sitio: por un lado, el Espacio Mansión Seré, reservado para mostrar y contextualizar lo sucedido dentro del CCD; por el otro, la Casa de la Memoria y el predio restante como sector destinado a la realización de actividades de diverso tipo (deportivas, culturales, educativas), dirigidas a ampliar los modos de aproximación al pasado reciente. Sin embargo, a diferencia de lo señalado por la autora para el caso del ex CCD Olimpo, la frontera entre ambos sectores por momentos se torna difusa, permitiendo el tránsito de usos y sentidos a través de ellos. Como hemos visto, durante estas conmemoraciones el Espacio Mansión Seré habilita también la realización de actividades políticas y artísticas que sobrepasan el sentido testimonial del sitio. Por otra parte, la inclusión de textos y fotografías que recuerdan las trayectorias de los desaparecidos, sus vínculos familiares y militantes, dan cuenta también de un interés por “rescatar” simbólicamente esas vidas, al incluirlas en un relato que no sólo de cuenta de los horrores y sufrimientos padecidos, sino también de los afectos y las pasiones que las animaron.2323. Como señala Da (…)
El origen de esas dos imágenes proyectadas sobre Mansión Seré se remonta al año 2000, momento en el cual se crea la Casa de la Memoria y la Vida y se decide recuperar los restos de la mansión. La asociación entre “memoria” y “vida”, cristalizada en el acto de nombrar un nuevo espacio institucional, surgió en el marco de la primera conmemoración del 24 de marzo realizada en el polideportivo. Así lo recordaba Sabbatella:
(…) yo creo que fue un gran acierto de este espacio, de la apertura de la Casa de la Memoria (…) cuando estábamos inaugurándolo Sara Steimberg2424. Sara y Jaime S (…) , de Familiares, dice no digamos solamente Casa de la Memoria, propongo, lo dice en el medio del acto, que le pongamos Casa de la Memoria y de la Vida, y la verdad que fue extraordinario porque es eso, en este lugar donde ellos quisieron que haya muerte, hoy hay vida, y es un poco como ganarle a esa dictadura y a esos genocidas (…) es un lugar que convive la actividad recreativa, cultural, deportiva con el ejercicio de la memoria, es un lugar abierto a la comunidad, es lugar plural, democrático, de debate, de discusión (…)2525. Declaraciones (…)
Desde entonces, los significados de “memoria” y “vida” ligan a Mansión Seré con el presente y el futuro; en cambio, “horror” y “muerte” la vinculan con el pasado. Las actividades que allí se realizan se presentan como una suerte de constante “renacer”, un brote incesante de nuevas maneras de recordar que encuentra su síntesis en una consigna fundamental: “generar vida donde hubo horror”.2626. Frase que se e (…) El pasado aparece así como un umbral que es necesario transitar y superar una y otra vez para construir un presente y un futuro mejor. Sin embargo, en este discurso institucionalizado el punto de ruptura entre el pasado y el presente no es el regreso de la democracia, contexto en el cual la casona fue demolida, sino el año 2000, cuando el Municipio y los organismos de derechos humanos decidieron transformarla en un espacio dedicado a la memoria. En una de las conmemoraciones, refiriéndose a la creación de la Casa de la Memoria, Ghi señalaba:
Nunca más este ámbito será la sede del horror ni banquete de los impunes. Antes no podíamos entrar y se hablaba en voz baja. Ahora, todos los días, cada fin de semana, miles de vecinos y vecinas reafirman el triunfo de la vida.2727. Fragmento del (…)
Las gestiones políticas anteriores son identificadas con el silencio, la impunidad y la corrupción; la última gestión, en cambio, con la memoria, la justicia y la transparencia. En la representación que el gobierno municipal construyó de sí mismo, la crítica realizada sobre las gestiones de Norberto García Silva y Juan Carlos Rousselot descansó, entre otros aspectos, en la política dirigida al ex CCD. Al primero, se le imputa haber proyectado la demolición de la mansión, desoyendo los reclamos de distintos actores, omitiendo cualquier referencia pública a su uso durante la dictadura y desatendiendo el hecho de que el edificio ya había sido identificado como centro de tortura.2828. Paralelamente (…) Al segundo, se lo acusa de utilizar fondos públicos de manera ilícita para construir dentro del polideportivo una casa destinada a reuniones personales, la misma que en el año 2000 fue convertida en la Casa de la Memoria y la Vida.2929. En 1997 Rousse (…) La crítica hacia los ex intendentes se extiende a su vez a los gobiernos nacionales que representaban localmente: la sanción de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida durante la presidencia de Raúl Alfonsín; los decretos de indulto a los jefes militares firmados por Carlos Menem en su primer mandato presidencial y el enriquecimiento ilícito de sus funcionarios.
La impunidad aparece aquí asociada no sólo a la falta de justicia y al silencio vertido sobre el pasado, sino también al lucro con el Estado y el uso del espacio público para fines privados. Un uso ilegítimo, corrupto, que por extensión y cercanía “profanaba” la mansión (o lo que quedaba de ella). La última gestión, por el contrario, buscaba diferenciarse y afirmarse, entre otras cosas, sobre la base de su política de derechos humanos, de promoción del uso del espacio público y de transparencia institucional. De esta manera, la Casa y la mansión, al transformarse en espacios dedicados al ejercicio de la memoria y la defensa de la vida, adquirían un uso legítimo y noble.
Llegados a este punto, podemos construir una cadena de significaciones asociadas a las categorías de “lugar de muerte” y “lugar de vida”, que operan como una serie de imágenes opuestas proyectadas sobre Mansión Seré y recreadas continuamente en los discursos y las prácticas memoriales que se desarrollan en el sitio: pasado- muerte- silencio- impunidad-corrupción se contraponen a presente- vida- memoria- justicia- transparencia. Mansión Seré se presenta entonces como un espacio resignificado en múltiples aspectos. A través de una diversidad de actividades políticas, culturales, deportivas, recreativas, educativas y conmemorativas, se afirma un “triunfo” en muchos sentidos: de la vida por sobre la muerte, de la memoria por sobre el silencio, de la justicia por sobre la impunidad y de la transparencia por sobre la corrupción.
El lugar del “entre”↑
¿Cómo se resignifica un espacio marcado por la desaparición? ¿Cómo se arranca de la muerte un lugar atravesado por una muerte que no es tal? Por una muerte no-muerte, “inconclusa” (da Silva Catela, 1998), prolongada al infinito a falta de un cuerpo que permita ubicarla definitivamente en esa categoría. Si la vida “triunfa”, esa muerte que no es, aunque se presuma como tal, sigue presente en el mismo acto de evocar ese pasado de terror que se intenta conjurar una y otra vez. Se la encuentra en el relato del sitio, en los textos y testimonios que acompañan y explican una materialidad (lo que resta de Mansión Seré) que sólo adquiere sentido a través de ellos.
La vida y la muerte se entremezclan, se oponen y al mismo tiempo se complementan en la configuración simbólica y espacial del sitio. Si la vida tiene que triunfar una y otra vez es porque hay una muerte que es imposible de arrancar. Y es esta ambivalencia fundamental lo que hace posible que el sitio de memoria como tal exista. Es ese lugar del “entre”, de “liminalidad forzada” (Panizo, 2012), lo que define tanto al sitio como a sus ausencias. Un espacio liminal en el que habitan sujetos igualmente liminales.3030. En términos de (…) Un lugar que, como la muerte del desaparecido, también es “inconcluso”, siempre abierto en sus significaciones, siempre susceptible de nuevas configuraciones. Un lugar que resiste cualquier definición cerrada, un “objeto imposible” (Besse, 2007) de descifrar completamente.
Ese “triunfo” entonces que se afirma no es más que una consigna, un horizonte que moviliza, una puesta a punto sin fin, no un estado alcanzado y acabado. Es un umbral a atravesar constantemente, como el arco inflable que atraviesan los corredores, funcionarios y familiares de desaparecidos. Es un puesto de partida, pero nunca de llegada. Una búsqueda prolongada, como la del cuerpo del desaparecido.
Reflexiones finales↑
Para Olick (2007), la memoria colectiva, como la cultura, opera bajo formas restrictivas, ya sea como “proscripciones” que señalan lo que no se debe hacer o como “prescripciones” que definen lo que se debe hacer, decir y recordar. Ambas formas de memoria pueden expresarse de acuerdo a valores morales y éticos que se muestran indiscutibles (lógica mítica), en función de estrategias o argumentos racionales (lógica instrumental) y/o –agregamos nosotros- con arreglo a valores afectivos. En los procesos de construcción de sitios de memoria vinculados al terrorismo de Estado las definiciones sobre lo que es/no es posible y dable hacer o decir acerca del pasado, más que el producto de una imposición lisa y llana es el resultado de un proceso de negociación constante entre actores que buscan establecer y convencer a los demás acerca de sus propias ideas -basadas también en una lógica racional, afectiva y/o mítica- respecto a qué actividades y contenidos sería deseable o necesario promover en los sitios (lo prescrito) y cuáles no deberían ser admitidos (lo proscripto).
En Mansión Seré hemos visto que las actividades deportivas y recreativas no sólo son admitidas, sino y sobre todo promovidas por el Municipio y algunos organismos de derechos humanos en función de argumentos racionales y estratégicos (deporte como medio de atracción social) así como también en relación a valores e imágenes que se presentan como míticas (“generar vida donde hubo horror”). Hemos visto también cómo determinados usos en el pasado (reuniones privadas) son condenados y rechazados en tanto atentan contra la investidura sagrada del sitio (lógica mítica). Finalmente, hemos analizado las tensiones y discusiones que se produjeron inicialmente entre actores que buscaban integrar lo deportivo y lo conmemorativo, a fin de respetar los usos y apropiaciones preexistentes al sitio de memoria, y quienes sostenían la necesidad de suspender o trasladar el polideportivo para excavar libremente en el predio, en búsqueda de restos de desaparecidos y de evidencia que sirviera a la construcción de una verdad y la obtención de justicia (lógica racional y valores afectivos).
El análisis de la política de la memoria desarrollada en Mansión Seré nos muestra que no hay definiciones a priori y únicas sobre el contenido que los ex CCDs deberían transmitir, ni sobre cómo, a quiénes y para qué. Estos enunciados se construyen en cada sitio de un modo particular, en función de cómo los actores resuelven a su manera las tensiones que se producen entre ellos sobre distintos aspectos éticos y organizativos (Guglielmucci, 2012).3131. Véase, a modo (…) Con todo, es necesario decir que entre lo que se quiere e intenta transmitir desde los sitios y lo que efectivamente se transmite existe casi siempre una distancia insalvable. Parafraseando a Jelin y Langland podemos decir que, como vehículo de memoria, el sitio “(…) no es más que un soporte, lleno de ambigüedades, para el trabajo subjetivo y para la acción colectiva, política y simbólica, de actores específicos en escenarios y coyunturas dadas” (2003: 4). Esto significa, entre otras cosas, que aun cuando los actores lo intenten los sentidos nunca logran cristalizarse, fijarse o adherirse al sitio, dado que la subjetividad de quien se encuentra con él le dará sus propias interpretaciones y, en otros contextos y coyunturas, nuevas lecturas del pasado intentarán ser proyectadas sobre el mismo. Después de todo, como señala Besse (2007), la memoria es un objeto que “no cesa de no inscribirse”.
Bibliografía↑
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Antropóloga, docente, becaria doctoral y doctoranda en antropología (FFyL- UBA). Formó parte del equipo que reconstruyó el funcionamiento del Centro Clandestino de Detención “Mansión Seré”. Actualmente se encuentra analizando la política de la memoria desarrolla en los sitios Mansión Seré e Iglesia de la Santa Cruz. lolasanjulian@gmail.com
Las mismas fueron sancionadas durante el gobierno de Raúl Alfonsín (electo presidente en 1983 al terminar la dictadura) y después de que se condenara a los máximos responsables del terrorismo de Estado en 1985. Ambas tuvieron como objetivo limitar la prosecución penal sobre los mandos medios e inferiores de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, quienes presionaban al gobierno en esta dirección. En el 2005 fueron anuladas y ello permitió la (re)apertura de las causas y la celebración de juicios por delitos de lesa humanidad.
Con la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia en el año 2003 comenzaron a gestarse de manera profusa políticas públicas de la memoria tanto en los niveles nacionales como provinciales, expresadas en la creación de numerosos archivos, sitios de memoria, programas educativos y otras iniciativas de este tipo (Da Silva Catela, 2014).
Existe una amplia bibliografía sobre este tema, producida por autores que han tematizado estos debates y/o han tomado parte activa en ellos. Véase al respecto Andermann (2012), Feld (2017), Guglielmucci (2012), Kaufman (2005), Pastoriza (2005), Vezzetti (2009). Aquí sólo retomaremos algunos.
Los Centros Clandestinos de Detención (CCDs) fueron un aspecto central de la metodología implementada por el régimen militar. Tras el golpe de Estado producido el 24 de marzo de 1976, las Fuerzas Armadas sistematizaron y extendieron a todo el país la represión ejercida previamente, con el objetivo de desarticular completamente la militancia política de izquierda. Para ello, utilizaron sitios secretos, ocultos e ilegales de detención, tortura y desaparición, instalados dentro de dependencias estatales (incluyendo militares y policiales) o en edificios particulares. Si bien estos espacios fueron posteriormente desmantelados, modificados o demolidos para borrar los rastros de su existencia, los datos proporcionados por los sobrevivientes permitieron su posterior reconocimiento y denuncia.
Los organismos de derechos humanos que han tenido una participación temprana y prolongada en el sitio han sido: la Asociación Seré por la Memoria y la Vida, H.I.J.O.S. Zona Oeste, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y la Asociación de ex Detenidos Desaparecidos Mansión Seré y Zona Oeste.
Durante la última dictadura militar, la Fuerza Aérea Argentina mantuvo el control operacional de la denominada “Subzona 16”, que comprendía los partidos de Merlo, Moreno y Morón. Dentro de sus límites se han identificado hasta el momento 15 centros clandestinos. Fuente: Municipio de Morón.
La Asociación Seré se constituyó en el año 2000 a partir del encuentro entre ex detenidos del CCD Mansión Seré, familiares de víctimas, miembros de organismos de derechos humanos y militantes políticos, entre otros.
Fuente: http://www.moron.gov.ar/autoridades/acciones-de-gobierno/derechos-humanos/casa-de-la-memoria-y-la-vida/ (consultado el 20/10/2015).
Martín Sabbatella ganó las elecciones de 1999 como candidato del partido de La Alianza. Al disolverse aquélla formó su propia agrupación, Nuevo Morón por la cual fue reelecto intendente en dos oportunidades. En el 2009, a la cabeza del Frente Nuevo Encuentro, obtuvo una banca como diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires y en el 2012 fue nombrado por el Ejecutivo Nacional presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual. Lucas Ghi, antes secretario de gabinete, le sucedió como intendente interino y en el 2011 asumió definitivamente tras ganar las elecciones locales. En octubre de 2015, Hernán Sabbatella, candidato a intendente por el partido oficial (Frente para la Victoria) perdió ante Ramiro Tagliaferro de la alianza Cambiemos.
Lucas Ghi (Frente Nuevo Encuentro) ejerció como intendente entre 2009 y 2015. Desde diciembre de 2015 la gestión del municipio y por tanto también del sitio de memoria se encuentra a cargo de un gobierno de signo político distinto, encabezado por Ramiro Tagliaferro (Alianza Cambiemos).
Desde 1985 cada 24 de marzo se realiza una marcha masiva hacia la Plaza de Mayo, encabezada por organismos de derechos humanos, para repudiar el último golpe militar y los crímenes perpetrados por la dictadura. Para un análisis histórico de la misma véase el trabajo de Lorenz (2002).
Otras acciones conjuntas se desarrollan durante las colonias de vacaciones de verano e invierno que organiza la Dirección de Deportes, dentro de las cuales se organizan visitas al sitio y talleres sobre derechos humanos.
Entrevista realizada en Morón el 02/10/2012.
H.I.J.O.S. (Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) es una organización de derechos humanos nacida en 1995 e integrada por hijos e hijas de víctimas del terrorismo de Estado, así como también por jóvenes que encuentran en él un espacio de militancia política. Se organizan en grupos regionales distribuidos en distintas ciudades del país, nucleados en una Red Nacional. Como parte de esta red, H.I.J.O.S. Zona Oeste surgió a fines de los ´90 y se terminó de conformar en el año 2000.
Entrevista realizada en Morón el 15/12/2012. Los corchetes y resaltados son míos. La idea de hallar restos de desaparecidos dentro de los límites del predio tenía como antecedente una historia que circula desde hace tiempo entre los vecinos del barrio aledaño y que está íntimamente vinculada a la gestión de Juan Carlos Rousselot, predecesor de Sabbatella. Se trata de la detención abrupta de las obras de construcción de una pileta en un terreno contiguo a la mansión, donde posteriormente se instaló una cancha de beach vóley que funciona en la actualidad. Esos relatos han sido recogidos a través de encuestas, entrevistas y conversaciones informales entre los vecinos y los trabajadores del sitio. Sin embargo, los sondeos arqueológicos realizados en el 2009 en el área referida no han verificado la existencia de restos humanos.
Esto se tradujo, entre otras actividades, en la realización de talleres, encuestas y entrevistas con vecinos de la zona.
Como muchos centros clandestinos que funcionaron en edificios que preexistían a su utilización como tal, la mansión y la quinta que la contenía tienen una historia de contactos con los vecinos desde el establecimiento en la zona de la familia Seré, a principios del siglo XX, cuando construyeron la mansión como casa de veraneo.
Entrevista realizada en Morón el 03/08/2011. Los corchetes y resaltados son míos.
La distinción “es/como” performance planteada por R. Schechner remite a dos niveles de comprensión del concepto de performance: como objeto de análisis y como lente metodológico (Taylor, 2011).
Declaraciones de Lucas Ghi para Canal MM, 24/03/2011. Las cursivas son mías. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=IUC9upCRGFM (consultado el 20/10/2015).
Nuestra idea de “lugar” remite al concepto de “lugar de memoria”. Si bien en la conceptualización desarrollada por Pierre Nora los lugares de memoria refieren a objetos, materiales e inmateriales, que encarnarían una memoria de tipo “nacional”, en términos más generales apela a reconstruir su “dimensión rememoradora”. Esto implica para el autor “desentrañar su verdad simbólica más allá de su realidad histórica” (1998: 19) o, en otros términos, restituir la memoria que ese objeto (aquí, los restos de Mansión Seré) porta.
Como señala Da Silva Catela (1998) la foto del desaparecido es una de las formas más usadas para recordarlos. Se opone a la categoría de desaparecido en el sentido de que le devuelve una identidad: un nombre, un rostro, un gesto. A partir de la foto se puede salir de la categoría de desaparecido que engloba a todas las individualidades y reconstruir una trayectoria, una lucha, una historia que quedó truncada por la desaparición.
Sara y Jaime Steimberg fueron miembros fundadores de la organización Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas y de la Asociación Seré.
Declaraciones para la TV Pública, 20/03/2011. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=8zj_GCxzNdQ
(consultado el 20/10/2015).
Frase que se encuentra repetidamente enunciada tanto en material de divulgación del sitio como en el discurso de los propios actores.
Fragmento del discurso pronunciado el 20/03/2010 en el escenario principal del polideportivo, en el marco del 34º aniversario del golpe de Estado. Citado en Casa de la Memoria y la Vida, su historia y sus protagonistas, 2012, p. 12. Publicación del Municipio de Morón. Las cursivas son mías.
Paralelamente al desarrollo del juicio a las juntas militares (1985), durante la intendencia de García Silva (Unión Cívica Radical, 1983-1987), el Concejo Deliberante de Morón aprobó un proyecto para construir un parque recreativo en el predio donde se encontraba la mansión, para lo cual el intendente firmó un contrato de comodato con la Municipalidad de Buenos Aires, en este entonces propietaria de los terrenos. Entre sus condiciones, el contrato señalaba que el predio solo podría utilizarse para la instalación de dicho parque, lo cual implícitamente indicaba que no debían existir construcciones más que para ese fin. A pesar de los reclamos realizados formal e informalmente por vecinos del predio y organismos de derechos humanos, como parte de las obras de construcción del denominado Polideportivo Gorki Grana, la casona fue completamente demolida, el terreno rellenado y sobre sus cimientos se instaló una cancha de fútbol (San Julián, 2014).
En 1997 Rousselot (Partido Justicialista, 1987-1989/1991-1998) ordenó construir una casa dentro del polideportivo, a 40 metros de donde había estado emplazada la Mansión Seré. Esa casa, más tarde conocida como la “casa blanca” fue construida con fondos públicos cuya ejecución no había sido aprobada por el concejo local. En 1998, encontrándose preso renunció a la intendencia, luego de que una comisión de investigación interna lo encontrara culpable del otorgamiento de concesiones que significaron la pérdida de importantes sumas de dinero para el Municipio. Finalmente, en el año 2000, Rousselot fue condenado por malversación de fondos y amenazas públicas (San Julián, 2014).
En términos de Panizo, la ausencia del cuerpo y la falta de evidencias de la muerte, como características principales de la desaparición, hizo que en muchos casos los procesos individuales y colectivos asociados a la muerte quedaran suspendidos en un estado de “liminalidad forzada”. El desaparecido devino una persona liminal, situada entre la vida y la muerte, para la cual la transición al mundo de los muertos se convirtió en condición permanente.
Véase, a modo de ejemplo, el análisis de Sosa (2016) sobre las controversias causadas por la realización de un asado en el sitio de memoria “ex ESMA”.