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ISSN 1851-2577

#21 | Deporte(s), sociabilidad(es) y política(s). Intersecciones para el análisis del mundo contemporáneo

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“Meterse en política”: una trama entre sociedad, partido y Estado

Sobre Vommaro, Gabriel. La larga marcha de Cambiemos. La construcción silenciosa de un proyecto de poder. Buenos Aires, Siglo XXI, 2017, 368 pp. ISBN: 978-987-629-778-3

Por Martín Vicente

“Meterse en política” se titula la introducción del libro del sociólogo Gabriel Vommaro, que resume el eje del trabajo en dos sentidos: la clave de análisis de su autor y las posiciones de los actores analizados. La frase condensa cómo los protagonistas de esta obra interpretan su paso hacia la política partidaria y estatal desde sitios como las empresas, las organizaciones no gubernamentales o los agrupamientos profesionales, al tiempo que es el de enfoque central de la obra. Investigador del CONICET y docente de la Universidad Nacional de General Sarmiento, Vommaro coordinó allí diversas investigaciones junto con el politólogo Sergio Morresi sobre el partido PRO, hoy eje de la alianza Cambiemos que accedió al gobierno nacional en 2015 (Vommaro, Morresi y Belloti, 2014; Vommaro y Morresi, 2015). Luego, Vommaro pasó a investigar otras facetas de la constelación PRO, como los mundos sociales de pertenencia, la implantación social y territorial, y las conexiones con el universo de los negocios. En esos trabajos, el ingreso a la política de actores del ámbito privado era una de las principales pautas, desde el propio Macri (heredero de un gran grupo empresarial, luego presidente del club Boca Juniors) y el paso originario del grupo fundador a las sucesivas incorporaciones mientras el proyecto se consolidaba. Meterse en política aparecía como llave interpretativa para captar los diversos rostros de una galaxia que, con eje en el partido, se mostraba más compleja que lo expresado por lecturas que reducían la construcción a una organización meramente de clase, una propuesta pospolítica o la asimilaban sin más a una mutación de experiencias neoliberales previas.11. Pueden verse c (…)

Desde las perspectivas de la sociología de las elites y los partidos políticos y el análisis histórico-político reciente, el libro analiza cómo actores como los abogados de negocios, los managers o los CEOS realizaron e interpretaron su tránsito hacia la política. Una serie de puntos traman el estudio: entender los proyectos políticos formados en torno a Macri como una respuesta a la crisis de 2001 (en un sentido, espejo negativo del kirchnerismo); dividir a los actores del Mundo PRO en cinco “facciones” diferentes: “los dirigentes provenientes de la derecha tradicional, la peronista, la radical, la de los cuadros empresarios y la de los profesionales del universo de los think tanks y las ONG”; leer a la alianza Cambiemos como un espacio de centro-derecha (no ya estrictamente de derecha, como en sus estudios previos sobre PRO) debido a la heterogeneidad interna. A lo largo de cinco capítulos más introducción y conclusiones, La larga marcha de Cambiemos se centra en reconstruir la movilización de “miembros de la alta gerencia” (como resume Vommaro) hacia la política partidaria o, en palabras de los actores, “el salto”, posibilitado por lo que el sociólogo denomina “puentes” entre la órbita de los negocios y la de la política.

Los “puentes”, como mecanismos de paso, aparecen en una dimensión que el autor llama moral (centralmente, el descontento de estos actores con los gobiernos kirchneristas, en un sentido más amplio sus miradas ético-políticas e ideológicas) y en la organizativa (las acciones de reclutamiento, ordenamiento y conversión del mundo privado al público). Vommaro plantea que, como eje de Cambiemos, PRO construyó una serie de mediaciones para traducir en compromiso político los valores y energías de ese contingente, desde “una ideología flexible del hacer”. Las diferentes aristas del proceso de politización, así, son la trama que articula el libro: la larga marcha. Cambiemos, se señala, porta una “promesa política” para tales sectores, consistente en la incorporación de valores que circulan en dicho universo y en el uso de categorías que los reflejan, desde donde se construyen los “puentes”. Conceptos como “libertad”, “apertura”, “flexibilidad”, “entrega de si”, entre otros, son los ejes articulatorios del paso de lo privado a lo público que, advierte Vommaro, implica también conflicto e incluso intensificación de lógicas de polarización, lejos de la fraseología sobre unidad o empatía que conforma el discurso del hoy oficialismo.

Los dos primeros capítulos, tras la extensa y detallada introducción, se ocupan de mostrar dos fenómenos centrales. “Los primeros conversos. Los abogados de negocios, de virtudes privadas a valores compartidos”, capítulo inicial, narra el caso de esos protagonistas del primer pasaje de lo público a lo privado, donde se expresan dos claves: su acción como agentes de movilización y organización para ingresos posteriores y la consolidación de un vínculo entre el Estado y circuitos de activismo social más amplios, desde actores de las elites a sectores populares con posiciones contrarias al tipo de militancia circundante a la crisis de 2001. El paso de la fundación Creer y Crecer, creada por Macri y otros empresarios a Compromiso para el Cambio (su primer sello partidario) implicó la construcción de “puentes” iniciales. Allí se cruzaron las articulaciones iniciales de lo que acabó siendo PRO, en base a sus vínculos con Recrear, el partido formado por el ex ministro de la Alianza Ricardo López Murphy en que estos letrados militaban y donde se transformó en referente Esteban Bullrich, protagonista central del libro.

“¡A las armas, ciudadanos! Los managers y el espíritu de trinchera” es el segundo capítulo, que se ocupa de cómo la concepción de la “chavización” que “(c)ondensaba todos los temores que vivía la oposición social y económica al kirchnerismo” operó tanto como marco general de intelección para leer la experiencia kirchnerista cuanto como disparador que permitió el proceso de politización de estos actores. Sobre las lecturas del caso de Venezuela como análogo al argentino, Vommaro se detiene largamente en las palabras de diversos entrevistados que le permiten captar distintas inflexiones dentro de una visión general coincidente en sus temores así como en la politización como respuesta. Si bien una serie de puntos aparecen mencionados por los actores como ejemplos de una dinámica que leían acercarse a la venezolana, el autor destaca que antes que un hecho concreto que hubiera operado como detonador se trató de un sentimiento más laxo de desprotección y hostilidad, que se articuló luego con el reclamo por la “falta de República” como diagnóstico. “A diferencia de un problema público, un temor político suele tener una dimensión facciosa”, propone Vommaro, de ahí la construcción de lo que llama “espíritu de trinchera” en estos grupos, que se fortalecería durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner, si bien tenía ciertos antecedentes en el conflicto suscitado por la resolución 125 en 2008, que enfrentó a productores agropecuarios con el gobierno nacional y articuló fuertes movimientos opositores.

Los tres capítulos restantes ponen en escena a la fundación Generación 25 (G25), liderada por Bullrich, con Guillermo Dietrich como su segundo. “Sé parte del cambio que querés ver” es la frase atribuida a Mahatma Gandhi que funciona como leitmotiv de la organización: un llamado a la politización. Creada en 2008 como generadora de cuadros para el futuro, la ONG busca tender “puentes” entre lo privado y lo público metiendo en política a quienes entiende como “los mejores” (del ámbito privado). Los propios Bullrich y Dietrich son ejemplo: el primero, proveniente de una familia tradicional, accedió a la política desde el mundo empresarial a través Recrear, siendo clave en la articulación de ese partido con PRO; el segundo, llegó desde el comando de la importante empresa familiar de venta de automotores, y pasó al gobierno porteño en 2009. En lo sucesivo, el trabajo aborda la movilización nacional de G25 (saliendo del espacio del managerato y abordando otros vínculos) en el capítulo 3, llamado “Una ´minoría organizada´. La movilización nacional de la Fundación G25”; el impacto en las trayectorias de los actores del paso a la política en el 4, que lleva por título “La experiencia del ´salto´. O cómo el meterse en política se inserta en las biografías de los managers”; y la experiencia estatal de estos sujetos en el quinto, “¡Argentinos, a las cosas, a las cosas! El desembarco en el Estado y las sospechas entre el mundo privado y el mundo público”. En ellos, Vommaro desgrana puntos clave para captar los vínculos de PRO (y luego Cambiemos, pero centralmente el partido de origen porteño como eje de la coalición) con esos sectores: desde los “reservorios” de cuadros en vistas a futuros desempeños estatales a los modos de vinculación entre las mujeres de estos núcleos (minoritarias pero con repertorios de acción propios), pasando por los modos en que se trasladan visiones, herramientas y prácticas del universo empresarial al político-estatal. Debe destacarse que, si bien investigaciones previas (incluso de los equipos de Vommaro y Morresi) se han detenido en organizaciones vinculadas a PRO, aquí la extensión y profundidad del análisis permite comprender con detalle el vínculo partido-sociedad desde los casos analizados.

En ese recorrido, esos capítulos ponen en evidencia las diversas formas que adquieren las pautas descritas en las páginas previas. Vemos, así, cómo las lógicas de pasaje del mundo privado al público operaron desde el disparador ante la amenaza de “chavización” que los protagonistas refieren una y otra vez, los modos en que se transforman ciertas lecturas interpretativas (los entrevistados se identifican antes con un paso al mundo de lo público que de la política partidaria) o las diversas estrategias para dinamizar los procesos de politización. Como marca el autor en las conclusiones, la politización de estos actores permitió al macrismo forjar un universo de personal político propio, fidelizado y activo. La construcción de puentes entre el partido y su “medio social” pone en evidencia la importancia de analizar los distintos circuitos formales e informales que rodean una experiencia partidaria o alianza política, en especial en un caso donde la construcción de una épica en torno a meterse en política en un contexto marcado por la polarización, que esa misma lógica alimentaba, aparece como básico. Como destaca Vommaro, lejos de “unir a los argentinos”, como reza el programa oficialista, la politización de estos sectores parece marcar una dirección en sentido contrario. Aquí debe destacarse que la propia experiencia de los actores, politizados bajo la idea de la “chavización” y asumiéndola como un desafío, aparece como disparador para un accionar conflictivo, al que se adicionan diversos conflictos de intereses implicados en el paso del sector privado al público.

Una observación puede realizarse sobre la ausencia de una indagación sobre ciertos sentidos densos en torno a cómo construyeron sus visiones del mundo, antes y durante su politización, los actores. No conocemos sus consumos culturales ni los modos en que forjaron conceptos en torno a ciertas claves discursivas, más allá de los sentidos sobre la “chavización” o el llamado en torno a “la República”. Esto habilita preguntarse cómo esas cuestiones encontrarían su articulación con dos pautas que el libro expone claramente: una, el paso a la política en etapas en que habían alcanzado un techo profesional y sentían necesidades de otro tipo, en torno al reconocimiento social o la necesidad de intervenir en lo público; otra, cómo la lectura contextual sobre la “chavización” habilitó un universo de sentidos grupal. Lo mismo puede decirse sobre la categoría “centroderecha”: cómo la viven y conceptualizan los actores, es una pregunta cuya respuesta aquí es, en términos identitarios y conceptuales, esquiva.

La larga marcha de Cambiemos es, en conclusión, un trabajo sólido que, al reconstruir la multiplicidad de historias menores que articulan (desde el caso central de G25) esa narración mayor que es la politización de actores como los managers, realiza un aporte notable en el trazado de un detallado mapa sobre el mundo PRO que Vommaro comenzó a delinear con Morresi hace ya varios años y que se ha coloreado recientemente con diversas intervenciones que han buscado explicar lo que se presenta como una novedad en la política local.22. Entre otras de (…) Allí, el libro resulta de sumo interés en tanto da un paso muy articulado al presentar, detalladamente, la carnadura social del espacio político-partidario, permitiendo una mejor comprensión del actual gobierno y su representación sociopolítica.

Bibliografía

Adamovsky, Ezequiel (2017). El cambio y la impostura. La derrota del kirchnerismo, Macri y la ilusión PRO. Buenos Aires, Planeta.

Canelo, Paula y Castellani, Ana (2017). “Perfil sociológico de los miembros del gabinete inicial del presidente Mauricio Macri”, Informe de investigación, IDAES-UNSAM.

Mauro, Sebastián (2015). “La transformación del sistema político argentino y sus nuevos actores. La construcción propuesta republicana como partido político nacional (2003-2013)”, Analecta Política, Vol. 5, N. 9, pp. 407-430.

Natanson, José (2017). “El macrismo no es un golpe de suerte”, Página/12, 17 de agosto.

Núñez, Pedro y Cozachcow, Alejandro (2016). “Llueve, pero hay ´alegría´ en la Ciudad: retrato del acto de lanzamiento de la campaña electoral 2013 de la Juventud del PRO de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, PostData. Revista de reflexión y análisis político, Vol. 21, N. 1, pp. 269-302.

Vommaro, Gabriel, Morresi, Sergio y Belloti, Alejandro (2014). Mundo PRO. Anatomía política de un partido fabricado para ganar. Buenos Aires, Planeta.

Vommaro, Gabriel y Morresi, Sergio (orgs.) (2015). “Hagamos equipo”: PRO y la construcción de la nueva derecha en Argentina. Los Polvorines, UNGS.

1.

Pueden verse ciertas reacciones en el debate suscitado por una nota del politólogo y periodista José Natanson (2017).

2.

Entre otras de distinto enfoque, Mauro (2015), Nuñez y Cozachcow (2016), Adamovsky (2017), Canelo y Castellani (2017).