50 años de la mesa de Santiago, resonancias, memorias y nuevas problemáticas de las voces del Sur

Leonardo Mellado González

Presidente Comité Chileno de Museos ICOM-Chile

¿De qué manera puede el pensador ‘pensar’ Latinoamérica?

¿De qué manera debe el filósofo ‘oponerse’ (ponerse-ante) Latinoamérica? ¿Cómo debe el intelectual descubrir la Latinoamérica en la que viviendo y conviviendo no llega a hacerla objeto de su propia reflexión?

(ENRIQUE DUSSEL, 1973)

El 20 de mayo de 2022 se conmemoraron cinco décadas de la realización de la “Mesa redonda sobre el desarrollo y el papel de los museos en el mundo contemporáneo”, efectuada en Santiago de Chile en el año 1972. Y tal como hoy, dentro de las propias resoluciones de la Mesa se asumió que esta se llevaba a cabo en un momento en que la humanidad vive una profunda crisis.

En un contexto de cambios sociales, económicos y culturales, entre otros, se conformó un grupo multidisciplinario focalizado en la región. Por una parte, se invitó a profesionales externos al ámbito de la museología, pero estrechamente relacionados con el desarrollo económico y social latinoamericano y, por otra, se convocó a museólogos de Latinoamérica, exclusivamente, para tratar los temas y las necesidades propias del territorio.

Así, junto a representantes de UNESCO y del Consejo Internacional de Museos (ICOM), una veintena de especialistas latinoamericanos dialogaron sobre la relación de los museos con los medios rural y urbano, con el desarrollo científico y tecnológico y con la educación.

Citando las resoluciones de la mesa se señala que:

Los cambios sociales, económicos y culturales que se están produciendo en el mundo, y sobre todo, en muchas de las zonas subdesarrolladas, constituyen un reto a la museología –asumiendo que– El momento que vive la humanidad es de profunda crisis: La tecnología ha propiciado un gigantesco adelanto de la civilización que no va a la par con el desarrollo de la Cultura. Eso propicia un desequilibrio entre los países que han alcanzado un gran desarrollo material y los otros marginados del desarrollo y aun avasallados a través de su historia. La mayoría de los problemas que evidencia la sociedad contemporánea están enraizados en situaciones de injusticia y las soluciones son inalcanzables mientras éstas no se corrijan (Mesa Redonda de Santiago, 1972).

Frente a los problemas expuestos, las y los participantes consideraron que los museos tenían que asumir un rol decidido y activo en la educación de las comunidades. Para ello, debía propenderse a la constitución de museos integrados, que se incorporasen a la realidad de sus respectivos países y pudiesen recrear los contextos de los objetos que conformaban sus colecciones.

Bajo esa lógica, la crisis es entendida como una oportunidad de cambio para el concierto regional en una diversidad de aspectos en provecho de la sociedad de la cual el museo pasa a ser un actor fundamental, llamado a sumarse a las transformaciones en beneficio de los pueblos. Ello explica la propuesta del Museo integral, definido como:

… una institución al servicio de la sociedad, de la cual es parte inalienable y tiene en su esencia misma los elementos que le permiten participar en la formación de la conciencia de las comunidades a las cuales sirven y a través de esta conciencia puede contribuir a llevar a la acción a dichas comunidades, proyectando su actividad en el ámbito histórico que debe rematar en la problemática actual; es decir anudando el pasado con el presente y comprometiéndose con los cambios estructurales imperantes y provocando otros dentro de la realidad nacional respectiva (Mesa Redonda de Santiago, 1972).

Nace entonces uno de los pilares de la museología moderna, ratificado en la recientemente aprobada nueva definición de museos, hablamos del rol social de la institución al considerarse “al servicio de la sociedad”.1

Las problemáticas de los años sesenta incidieron en las conclusiones de la Mesa de Santiago de 1972 y hoy son también motivo de análisis y reflexión crítica de cara a un nuevo proceso regional de cambios y transformaciones, con estancamientos, retrocesos y avances en materia social, político, cultural, patrimonial y museístico, motivados por nuevas emergencias relacionadas con medioambiente, cambio climático, buen vivir y sustentabilidad, así como la valoración de nuevos (aunque no tanto) patrimonios, avances tecnológicos, miradas decoloniales y de resistencias, así como nuevas formas de vinculación (Mellado, 2022a).

Es en estos tiempos de conmemoración donde, los problemas de dicha contemporaneidad pueden ser distintos a los actuales en muchos sentidos, pese a esto, en ambos se observan resonancias comunes, como la necesidad de entender a los museos como espacios que colaboran con las sociedades en sus procesos de transformación, así como también de rearticular una mirada latinoamericana que nos ayude a enfrentar colectivamente nuestros problemas comunes desde la museología, pero no solo desde una teoría sino también desde una praxis transversal a todas las disciplinas que hacen parte o se encuentran dentro de los procesos museales como las artes, historia, antropología, ciencias, educación, conservación, medioambiente, entre otras.

Se trata, como señalaba Dussel, de:

“volcarse a la investigación de Latinoamérica como un todo sociocultural, a fin de discernir una antropología, una ciencia política, un humanismo –o una museología integral interdisciplinaria– que permita a nuestros dirigentes y políticos construir una sociedad más justa, más adecuada a las exigencias de nuestra existencia situada, nuestra existencia concreta que no puede ser sino latinoamericana, en un mundo que se unifica, en una civilización que respetando las particularidades se planetiza-. ¡A nosotros analizar y defender nuestra “particularidad” latinoamericana! (Dussel, 1973).

De igual forma, el artista plástico Joaquín Torres García en su Escuela del Sur, nos invitó a entender que “…nuestro norte es el Sur. No debe haber norte, para nosotros, sino por oposición a nuestro Sur. Por eso ahora ponemos el mapa al revés, y entonces ya tenemos justa idea de nuestra posición, y no como quieren en el resto del mundo. La punta de América, desde ahora, prolongándose, señala insistentemente el Sur, nuestro norte” (Torres García, 1943, p. 193).

Y aunque no se trata de mirar dichas invitaciones de una manera nostálgica, es imperativo comprender que hoy siguen existiendo y se han generado un conjunto de necesidades que aquejan a las sociedades y los museos contemporáneos de América Latina y el Caribe. Algunos de estos desafíos son persistentes y de larga duración, otros han emergido en la crisis global desatada por la pandemia de la COVID-19 y los efectos del cambio climático. Pues, a pesar de la riqueza del patrimonio cultural y natural, la región debe seguir lidiando con la pobreza o desigualdad como retos persistentes que afectan el acceso a la cultura y la participación en la vida cultural de las personas, comunidades y pueblos.

Un ejemplo de ello es la brecha digital que ha sido profundizada durante la pandemia y reproduce las desigualdades entre el mundo rural y el urbano en cuanto a la participación como públicos en los museos de hoy. Junto con ello, la relación entre el medio ambiente y los museos es otro de los desafíos que se planteaban ya en 1972 y que en la actualidad resultan urgentes frente a la crisis climática.

Otro de los retos que se profundizan con la pandemia es el vínculo con las comunidades que puede disminuir la participación cultural y debilitar la función social del museo en sus labores de educación no formal, investigación y comunicación.

De igual forma las relaciones entre museología y enfoque decolonial, abre lecturas críticas sobre los museos en América Latina y el Caribe y propone la necesidad de generar orientaciones conjuntas para la acción concreta en lo que respecta a las políticas culturales, la gestión cultural y la museología. Este último esfuerzo contribuye por ejemplo a dar visibilidad al rol, historia y significación de los pueblos originarios y afrodescendientes de todo el continente frente a los contextos actuales, así como a los fenómenos migratorios y al trabajo con la agenda de la Década de las Lenguas Indígenas de Naciones Unidas,2 integrando un enfoque intercultural abriendo discusiones sobre el diálogo entre las culturas y los procesos de decolonización en el mundo.

Todo ello, ayuda a generar conciencia respecto del rol de los museos y las instituciones culturales para con el desarrollo sostenible basado en el bienestar y el buen vivir, propia de la agenda internacional promovida por Naciones Unidas: Agenda 2030 de Objetivos de Desarrollo Sostenible.3

Conmemorar los 50 años de la Mesa de Santiago, es una oportunidad a abrirnos a las reflexiones sobre los principales desafíos que enfrentan los museos en el mundo actual, clarificando caminos posibles y compartiendo prácticas y experiencias de las cuales extraer aprendizajes prácticos para la gestión de colecciones y museos por ejemplo y con propuestas de solución que con enfoque situado y regional pueden ayudar a otros trabajadores y trabajadoras de museos, con problemas similares a encontrar soluciones pertinentes.

En este sentido, estamos convencidos que:

...un museo pospandemia, –y ante una serie de cambios políticos y culturales en general donde resuenan problemáticas de ayer y de hoy-– con ojos en la Mesa Redonda de Santiago, debe ser un museo que promueva una educación amplia, no solo escolarizante, sino también y según corresponda, desescolarizada, asumiendo los saberes comunitarios como contenidos tan valiosos como los generados por las ciencias, las humanidades y el arte; la valoración de la memoria en todas sus expresiones (sociales, culturales, políticas); el diálogo social, el empoderamiento cultural de personas y grupos históricamente marginados de los grandes relatos, la participación efectiva y vinculante; dándole sentido y vida a la rosa de los vientos de la inclusión (reduciendo la discapacidad; promoviendo la interculturalidad y la interdisciplinariedad; combatiendo las distinciones de clase; reconociendo y visibilizando los enfoques de género; descolonizándose de los principios hegemónicos que los han sustentado; mestizando con ello su quehacer, trabajando por descartesianizar los campos bourdieanos y aportar en la construcción sólida de nuevas bases socioculturales que se habían vuelto líquidas, parafraseando a Bauman, haciendo de la comunidad diversa la argamasa de esta nueva construcción (Mellado, 2022b).

Bajo estas convicciones, el ICOM-Chile, junto a la oficina Regional de la UNESCO, impulsaron la creación de una nueva Mesa Redonda de Santiago, titulada “Revisiones del pasado, problemáticas del presente y desafíos del futuro. Encuentro y reflexión crítica sobre el rol de los museos desde LAC al mundo”,4 donde se propuso revisitar la historia, identificando las tendencias actuales y las oportunidades en el campo de la museología, teniendo como eje esencial la participación activa de las comunidades.

Por medio de una comisión internacional paritaria y con la participación de diversas y diversos expositores de la región, con un alcance intergeneracional e intercultural (infancias inclusive), abordaron las diversas problemáticas del ayer y el hoy bajo la perspectiva museística, proceso que se interconecta con muchas otras conmemoraciones realizadas en otros países de Iberoamérica, así como dentro del propio ICOM, dejando de manifiesto la necesidad no solo de un diálogo, teorías y praxis, sino también de un sentir común de un Sur de miles de voces que resuenan armoniosamente como un canto polifónico y que aún interpreta la obertura de una obra aun en composición, de autores de diversas culturas, géneros, edades y saberes.

Referencias bibliográficas

Dussel, E. (1973). América Latina: dependencia y liberación. Fernando García Cambeiro.

ICOM (2022, 24 de agosto) El ICOM aprueba una nueva definición de museo.https://icom.museum/es/news/el-icom-aprueba-una-nueva -definicion-de-museo/

Mellado, L. (2022a). A 50 años de la Mesa de Santiago de Chile. Contextos y reflexiones. Chaski 9. Revista de la Alianza Regional para América Latina y del Caribe del Consejo Internacional de Museos.

Mellado, L. (2022b) Prólogo. En J. Cádiz, Mesa Redonda de Santiago de Chile: Un hito revolucionario de la museología. RIL.

Torres García, J. (1943). Universalismo constructivo. Alianza Editorial.

Biografía del autor

Leonardo Mellado González. Máster en Museología por la Universidad de Valladolid. Licenciado en Educación con mención en Historia y Profesor de Historia, Geografía y Educación Cívica, UMCE. The State Alumni Team. International Visitor Leadership Program (IVLP). Cultural Heritage Preservation. USA. (2012). Es historiador, educador, investigador, comunicador, curador y consultor. Actualmente es académico USACH-IDEA, miembro y colaborador del Comité Internacional para la Museología (ICOFOM), Miembro del Movimiento Internacional para una Nueva Museologia (MINOM), Presidente del Comité Chileno de Museos ICOM-Chile del Consejo internacional de Museos (ICOM). Es Coordinador de Vinculación con el medio Archivo Nacional de Chile. Músico integrante del Conjunto de música y teatro medieval Calenda Maia. Ha publicado diversos textos en materia de patrimonio y museos y ha sido miembro fundador del Comité de Educación y Acción Cultural, CECA-CHILE. Institución adscrita a ICOM-Unesco y Director Ejecutivo del Museo Violeta Parra.


1 “Un museo es una institución sin ánimo de lucro, permanente y al servicio de la sociedad, que investiga, colecciona, conserva, interpreta y exhibe el patrimonio material e inmaterial. Abiertos al público, accesibles e inclusivos, los museos fomentan la diversidad y la sostenibilidad. Con la participación de las comunidades, los museos operan y comunican ética y profesionalmente, ofreciendo experiencias variadas para la educación, el disfrute, la reflexión y el intercambio de conocimientos” (ICOM, 2022).

2 Disponible en: <https://es.unesco.org/idil2022-2032> (acceso 21/09/2022).