Carolina Ossa (Editora)
Santiago, RIL Editores, 2022.
164 pp.
Roberto Velázquez
Pontificia Universidad Católica de Chile
“Toda labor artística, así como toda actividad humana, despliega la sincrónica coreografía de la actividad conjunta de un número, a menudo un gran número, de personas, prácticas, saberes y objetos. A través de su colaboración, la obra de arte que eventualmente vemos, llega a ser y continúa siendo. La obra que emerge frente al espectador da muestras, a veces de manera silenciosa o bullente, de esa colaboración”
HOWARD BECKER, 1982.
Bajo el prisma multidisciplinar e internacional de un asentado equipo de colaboradores a ambos lados de la Cordillera, en Argentina y Chile, Estudios e intervenciones de restauración de la obra de Raymond Quinsac Monvoisin (2022) presenta a sus lectores un segundo volumen de reflexión en torno a uno de los más ilustres maestros pintores viajeros del siglo XIX –figura y repertorio artístico central en nuestra rica tradición visual Latinoamericana–. A modo de continuación del proyecto Monvoisin en América. Catalogación razonada de Raymond Quinsac Monvoisin y sus discípulos, este volumen concentra sus esfuerzos en ofrecer los contundentes resultados obtenidos de investigaciones desarrolladas con un evidente espíritu de colaboración y complementariedad entre personas, prácticas, saberes y objetos, como bien notara el prominente estudioso de los mundos de arte, Howard Becker. Entre dichas investigaciones, destacan análisis caligráficos, pictóricos, técnicos, materiales, químicos, históricos y de los procesos de restauración y conservación liderados por Néstor Barrio del Centro TAREA de la Escuela de Arte y Patrimonio de la Universidad Nacional de San Martín de Argentina, Carolina Ossa del Centro Nacional de Conservación y Restauración de Chile, con el apoyo de Marcela Drien del Centro de Estudios del Patrimonio de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile.
A través de sus siete capítulos, el libro nos adentra con diestra claridad en aristas escasamente observadas de la vida y obra de Raymond Quinsac Monvoisin. Es de esta manera que desde un comienzo, el capítulo primero a cargo de Carolina Ossa y Humberto Olea, nos introduce a las preguntas sobre el gesto, el trazo, la marca, la identidad y la autoría que se revelan al observar con detención las firmas del pintor. A través del estudio serial de obras que permiten reconstruir la “memoria grafomotora” del artista es que este minucioso estudio tipológico contribuye a comprender la relación entre escritura y pintura, pluma y pincel que distinguen su obra. El segundo capítulo se concentra en comprender el impacto de las revoluciones químicas y tecnológicas sobre la selección cromática que habitan las escenas Neoclasicistas y Románticas que distinguen con claridad la visión de época de Monvoisin. En este sentido, Néstor Barrio y Fernando Marte amplían el arco de preguntas estético-matéricas usualmente conocidas por los estudiosos de la historia del arte del periodo, hacia el campo del origen de los pigmentos, las redes de mercantes de color y la verdadera revolución científico industrial que significaría el tránsito de materiales de coloración entre la primera y la segunda parte del siglo XIX. Es quizás en este punto en donde el pintor es visto a la luz de las vicisitudes de la labor artística como un homo faber de su tiempo.
A continuación, el tercer capítulo ofrece al lector una breve observación científica sobre la constitución material de los soportes, bases de preparación, capas pictóricas y estudios de paleta cromática en las obras de Monvoisin a través de técnicas de laboratorio como son la microscopía óptica (MO), la microscopía Raman (Raman), la espectroscopía de infrarrojos por reflectancia total atenuada (IR-RTA) y la fluorescencia de rayos X portátil (FRXp). Este trabajo ha sido desarrollado por Tomás Aguayo y Valeria Godoy. El cuarto capítulo, traslada la atención del lector desde el lienzo al papel con una destacada destreza analítica, al complementar el entendimiento de la visión del artista a través del estudio de seis obras en soporte papel que representan un verdadero repertorio interpretativo de la intencionalidad creativa de su autor. Así, la relevancia del estudio sobre los aspectos compositivos de perspectivas, iluminaciones, borradores de gesticulaciones, rostros y contrapuntos observados por las autoras Claudia Pradenas y Olga Pinilla apoyan de forma elocuente los procesos de intervención y restauración llevados a cabo con el propósito de salvaguardar este raro y valioso conjunto de piezas patrimoniales. A su vez, el quinto capítulo,a cargo de Carolina León y su encomiable labor de restauración del retrato “María Luisa Recabarren Rencoret de Foster” (1844), vuelve sobre la base primordial de la necesaria articulación entre el saber contextual histórico y los análisis matérico-pictóricos con el propósito de restituir aquel punto de vista central a toda obra de arte: su presencia aureático-estética. La detallada atención puesta por la autora en la descripción sobre la propuesta de intervención y tratamiento de una pieza patrimonial de alto valor histórico como la analizada es, sin duda, un ejemplo de casuística digna de ser observada como señera en labores de similar naturaleza.
A modo de complemento, el capítulo sexto desplaza al lector desde el foco central del retrato “María Luisa Recabarren Rencoret de Foster” (1844) hacia sus límites, en aquella arquitectura que delimita y organiza la mirada: el marco. El papel del brillo, el color y los ornamentos fitomorfos perdidos por el paso del tiempo y el insuficiente estado de conservación del marco original de la obra son aquí relevados por Grethel Schwarz al observar la estrecha relación que unía, a ojos del pintor, marco y pintura. Es así como la autora establece la interesante hipótesis relacional que propone que el tul ocupado en el marco haya sido estampado sobre el retrato para lograr una concordancia estética entre ambos. Finalmente, el séptimo capítulo invita al lector a cerrar este viaje con un recorrido por aquellos detalles visibles en el preciosismo de la joyería retratada en las figuras recurrentes en la obra del pintor. Cadenas, prendedores, brazaletes, pendientes y colgantes son aquí puestos bajo el lente de la historia material y cultural para observar aquel entramado intercontinental de las referencias hechas por el pintor a la Europa decimonónica y su cultura de salones, orfebrería fina y gustos distinguidos, cuya influencia repercutiría de forma simbólica y material en los nacientes estados latinoamericanos. Es de destacar el detallado y exhaustivo análisis de fuentes llevado a cabo por las investigadoras Ángela Benavente, Isabel Alvarado y Josefina Amunátegui, que resulta de gran interés para profundizar en el mundo habitado por Raymond Quinsac Monvoisin.