Romina Gatti. “Estudios iconográficos y materiales para la restauración
del Cristo de la paciencia, de la iglesia San Ignacio de Loyola”, TAREA 7 (7),
pp. 180-194.
RESUMEN
El presente trabajo describe los procesos de conservación y restauración lleva-
dos a cabo en la obra Cristo de la paciencia, una pintura colonial sudamericana
perteneciente a la iglesia de San Ignacio de Loyola, en Buenos Aires. Durante
la intervención, la aparición de imágenes ocultas bajo sucesivos estratos de pin-
tura alteró significativamente la composición y generaron la inquietud sobre
un cambio iconográfico de la pieza. Los nuevos hallazgos exigieron un estudio
histórico, técnico y material más exhaustivo, que llevó a cambiar el plan de tra-
bajo inicial, para conservar la funcionalidad, historia y deseos del propietario
de la obra.
Palabras clave: Restauración, pintura colonial, cambio iconográfico, estudio
material.
ABSTRACT
“Iconographic and Material Studies for the Restoration of Te Christ of Patience
in San Ignacio de Loyola Church”
Tis work describes the conservation and restoration processes carried out in
the work Cristo de la paciencia, a South American colonial painting, belonging
to the Church of San Ignacio de Loyola in Buenos Aires. During the interven-
tion, the appearance of images hidden under successive layers of painting, sig-
nificantly altered the composition and raised concerns about an iconographic
change in the piece. Te new findings required a more exhaustive historical,
technical and material study, which led to the change of the initial work plan, to
preserve the functionality, history and wishes of the owner of the work.
Keywords: Restoration, Colonial painting, Iconographic change, Material study.
Fecha de recepción: 31/7/2020
Fecha de aceptación: 27/8/2020
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Estudios iconográficos
y materiales
para la restauración del Cristo de la paciencia,
de la iglesia San Ignacio de Loyola
Romina Gatti1
La restauración permite abordar las obras por intervenir desde varia-
das dimensiones y, mediante el trabajo interdisciplinario, este acerca-
miento otorga la posibilidad de conocer de manera integral todos los
aspectos que conforman una pintura.
Este estudio presenta la restauración del Cristo de la paciencia, una
obra que inicialmente no tenía grandes problemáticas ni un gran
atractivo estilístico. Sin embargo, en el comienzo del tratamiento, la
aparición de ciertas figuras en la composición pictórica, que modifi-
caban la estética de la obra y su temática, alteró la propuesta primera
de intervención y exigió una nueva estrategia de trabajo.
A fines de 2016, ingresó al IIPC-TAREA un cuadro de estilo co-
lonial que, según su propietario, provenía de la zona del Cuzco y
que podía asociarse a simple vista con un “Cristo de la paciencia”.
La descripción que Héctor Schenone hiciera de aquel tema icono-
gráfico indica que Jesús espera la muerte sentado sobre una piedra,
desnudo con su corona de espinas; su mejilla se apoya sobre su mano
1 TAREA-IIPC/UNSAM, Argentina. rgatti@unsam.edu.ar.
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derecha, mientras que su brazo izquierdo descansa sobre una de sus ro-
dillas; se observa además una soga alrededor del cuello de Cristo, cuyo
cuerpo exhibe huellas de la flagelación en el pecho, muñecas, codos, ro-
dillas, muslos, tobillos y rostro (figura 1).2
Cuando la obra arribó al taller para ser restaurada, la figura principal,
ubicada en el centro de la composición, era la única figura visible en
la pintura y, en el ángulo superior derecho, una rústica ventana cua-
drangular enrejada completaba la pieza. Todo el fondo de la obra estaba
cubierto, de manera plana, con una tonalidad azul en el cielo y una tierra
rojiza en el suelo. Ya, a simple vista, era sospechosa la opacidad y la falta
de tonalidades en la pintura. Las pinceladas que cubrían el fondo care-
cían de matices o modulaciones y, sin recurrir a demasiados estudios, se
percibía una pieza completamente repintada.3
El Cristo de la paciencia, por su apariencia, estaba realizado con una
técnica mixta sobre una tela que luego de los estudios pertinentes pudi-
mos identificar como fibra de lino. La obra llegó en forma de rollo, sin
ningún tipo de montaje o bastidor, y esta condición generó una pronun-
ciada deformación en el soporte. Las dimensiones aproximadas no su-
peraban 140 cm x 90 cm y el lienzo presentaba algunas roturas, parches,
costuras y todo el perímetro del lienzo era irregular. Toda la pieza se en-
contraba sucia tanto en el reverso como en el anverso, donde además de
percibir una imagen bastante alterada por las diferentes intervenciones,
la ausencia de un barniz protector era evidente por la escasez de brillos
y un acabado mate en toda la superficie pictórica.
La obra carecía de firma y fecha y conducía la investigación hacia dos
focos. Por un lado, el estudio iconográfico sobre las características de
la imagen podía orientarnos hacia un período estilístico, mientras que,
por el otro, el estudio técnico de los distintos materiales de la estructura
pictórica permitía aproximarnos a un posible período de elaboración.
Antes de dar comienzo al diagnóstico del estado de conservación y al
estudio material de la pintura, indagamos sobre la iconografía relacio-
nada con el Cristo de la paciencia. Este tema iconográfico, difundido en
las regiones de misiones jesuíticas del Paraguay, fue traído al continente
americano por los católicos alemanes o nórdicos, sin embargo, circularon
escasas reproducciones en el Río de la Plata y otras partes de América.
En el antiguo continente, las primeras apariciones con esta iconogra-
fía tuvieron lugar en el siglo XIV bajo el título “Señor de Piedad”, y se
2 Héctor H. Schenone. “Iconografía del arte colonial. Jesucristo”, en Mario Valledor (ed.): Arte
España. Fundación, 1998, p. 316.
3 Romina Gatti y Nicolás Kwiatkowski. “Un Cristo de la Paciencia (y los preparativos para la
crucifixión)”, en EADEM UTraque Europa. Buenos Aires, Argentina, 2018, pp. 203-217.
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Archivos y estética. Artes de la imprenta en el espacio planográfico (Buenos Aires, 1917)
Figura 1. Anónimo, Cristo de la paciencia, año desconocido, técnica mixta sobre tela,
dimensiones 140 x 90 cm. Foto: Sergio Redondo, TAREA-IIPC, UNSAM.
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dispersaron por los países de Francia, Alemania y Flandes hasta el siglo
XVI, pero con poco éxito en el territorio español, donde se encuentran es-
casas representaciones. La temática se mantuvo durante tres siglos como
una imagen de devoción popular, pero sin lograr tener una obra maestra
de gran revuelo, generando obras artísticas de poca importancia.4
En lo que se refiere a nuestro Cristo, distinguíamos dos particula-
ridades que nos remitían a su elaboración durante el período colonial
tanto su temática religiosa como las características de un barroco de la
Contrarreforma católica, reflejado en el cuerpo simple y estilizado de
nuestro caso de estudio. La estética sincrética, desarrollada en la escue-
la cusqueña, reinterpretaba los modelos europeos que circulaban en el
territorio, pero con una sensibilidad distinta, producto de sus creencias,
vivencias y sentimientos,5 con imágenes estereotipadas y rígidas y con
una paleta cromática restringida.6
La imagen fue el instrumento más potente y eficaz que dispusieron los con-
quistadores y misioneros para incorporar a su mundo la población nativa de
América. Frente a las barreras de comunicación debida, en los inicios, al des-
conocimiento mutuo de los idiomas y, más adelante, a la limitada difusión de la
lectura, las imágenes, mucho más que los libros, permitieron el acceso de los
conquistados al conocimiento de la cultura y la religión europea. [...] Este marco
explica el extraordinario desarrollo del arte pictórico colonial, en especial el de
narraciones gráficas basadas en textos que relataban algún tema religioso, co-
mo las vidas de la Virgen, de Cristo y de los santos. Así se difundieron las series
de cuadros dedicados a tales temas.7
La elección de los temas que representaban se debía a la demanda de
las necesidades devocionales y litúrgicas, y los principales talleres artís-
ticos estaban instalados en Potosí y Cuzco y exportaban incesantemente
sus pinturas al resto del continente. Con el tiempo, estos centros se vol-
vieron protoindustriales y los diferentes artistas se dividían las tareas de
manufactura de una pintura, lo que generaba trabajos en menor tiempo,
sin arrepentimientos y utilizando los materiales justos y necesarios. De
esta manera especulábamos que la obra en cuestión provenía de estos
talleres y que, sin duda, aunque el Cristo carecía de mayores atributos
representativos, existía un grabado de referencia del cual se copió.
Respecto a la composición de los estratos analizados, fue posible dis-
tinguir dos tipos de pigmentos diferentes: aquellos de origen industrial,
4 Héctor H. Schenone. “Iconografía del arte colonial…”, op. cit.
5 Víctor Mínguez Cornelles. “Sincretismo cultural”, Perú : indígena y virreinal 1, 2005, pp. 196-201.
6 Andrea Jáuregui y Marta Penhos. “Las imágenes en la Argentina colonial. Entre la devoción
y el arte”, en Nueva historia argentina: arte, sociedad y política. Buenos Aires, Editorial
Sudamericana, Vol. I, 1999, pp. 45-105.
7 José E. Burucúa et al. TAREA de diez años. Buenos Aires, Fundación, 2000.
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Estudios iconográficos y materiales para la restauración del Cristo de la paciencia...
debido a su pequeño tamaño de partícula, y los pigmentos antiguos,
los cuales poseen una dispersión de partículas heterogéneas con for-
mas y tamaños irregulares, que se condice con una molienda artesanal.8
Considerando que la pintura se asociaba con el período colonial, época
en la que los pigmentos se molían a mano, es posible inferir que to-
dos aquellos estratos de molienda industrial, que fueron registrados, son
agregados posteriores a la ejecución de obra. De esta manera, además del
azul y la tierra rojiza, que recubrían todo el fondo de la imagen y que se
identificaban como un grotesco repinte a simple vista, las tres coronas y
algunas zonas de la cabeza del Cristo, a través de la observación de las es-
tratigrafías, también se verificaron como reintegraciones más modernas.
Asimismo, durante los testeos de limpieza y remoción de repinte se
vislumbró una figura al costado del Cristo, que fue confirmada con la
observación de las estratigrafías. Con la necesidad de conocer el total de
la superficie pictórica, se realizó un mosaico de imágenes radiográficas
para buscar los elementos figurativos ocultos, y el estudio evidenció dos
diferencias sustanciales. Por un lado, la construcción original del Cristo
poseía una gran calidad técnica y, por otro, dos imágenes recortadas y
de aspecto siniestro flanqueaban la imagen central. De esta manera, se
confirmó entonces que los repintes ocultaban una iconografía diferente,
pero además, que la obra había sido recortada, ya que las figuras laterales
se encontraban incompletas (figura 2).
Con estos nuevos hallazgos iconográficos se presentó como interro-
gante si nuestra obra se mantenía como un “Cristo de la paciencia”.
Por un lado, la ventana y los colores indicaban que nuestro personaje
estaba en un interior, mientras que las distintas descripciones sobre este
tema hablan de un Cristo al aire libre luego de haber atravesado la Vía
Dolorosa. El segundo indicio inquietante lo provocaban los nuevos per-
sonajes, una presencia ajena a este tipo iconográfico (figura 3).
Las diferentes pesquisas nos condujeron al norte y centro de Europa
donde, desde fines del siglo XV, comenzaron a reproducir, con el nombre
Christus Im Elend, un Cristo de la paciencia resignado a la espera de su
muerte, desnudo y con su corona de espinas, maniatado con cuerdas pero
que, ocasionalmente, se lo podía ver rodeado de verdugos que cavaban los
pozos de las tres cruces o que terminaban los ajustes de la crucifixión. De
ese modo son relevantes las pinturas de Hans Holbein el Viejo (ca. 1500),
8 Mariana Calderón Mejía et al. “The role of restoration and scientific examination for the
accurate attribution of a European painting in South America”, Rendiconti Lincei. Scienze
Fisiche e Naturali, abril de 2020. I. Osticioli et al. “Analysis of natural and artificial ultramarine
blue pigments using laser induced breakdown and pulsed Raman spectroscopy, statistical
analysis and light microscopy”, Spectrochimica Acta - Part A: Molecular and Biomolecular
Spectroscopy, Vol. 73, N°. 3, 2009, pp. 525-531.
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Figura 2. Tomas de muestras, equipo XRF. Anónimo, Cristo de la Paciencia, año desconocido,
técnica mixta sobre tela, dimensiones 140 x 90 cm. Foto: Laboratorio TAREA-IIPC, UNSAM.
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Figura 3. Avances de remoción de repintes. Anónimo, Cristo de la Paciencia, año
desconocido, técnica mixta sobre tela, dimensiones 140 x 90 cm. Foto: Sergio Redondo,
TAREA-IIPC, UNSAM.
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para la iglesia de Donaueschingen, y la de Cornelis Engebrechtsz (ca.
1520), ubicada en el Museo Real de Bellas Artes de Amberes.
No obstante, esta temática llegó al mundo hispánico posteriormente.
En 1620, Juan Ribalta pintó en Valencia una obra sobre el tema de los
preparativos de la crucifixión, que se conserva en el monasterio de San
Miguel de los Reyes y, por otra parte, hacia 1635 Alonso Cano llevó
a cabo el Cristo de la clemencia, que podemos apreciar en la iglesia de
San Ginés de Madrid, donde aparece un esbirro carpintero a la derecha
de Jesús. Con los hallazgos de estas imágenes suponemos que estas u
otras similares pudieron servir como modelo para ser copiadas por los
artistas coloniales (figuras 4 y 5).
Es así como creemos que, originalmente, nuestra obra fue pintada
como un Cristo de la paciencia con los preparativos para la crucifixión,
pero que, producto de posibles daños y deterioros, se tomó la decisión
de cortar el lienzo. De esta manera, se mutilaron personajes y desa-
parecieron características iconográficas, y los personajes remanentes e
incompletos fueron cubiertos con una base azul para la parte superior
y terrosa para el suelo. De ese modo, quedaron ocultas las figuras que
podían remitirnos al tema original, y con esta nueva apariencia la ima-
gen resultaba más cercana al Cristo en la piedra fría, como el célebre
grabado de Collaert (figura 6) que a la iconografía conocida como
Cristo de la paciencia.9
Establecido el tema iconográfico se continuó con los estudios mate-
riales para corroborar la época de la pintura. En ese sentido recurrimos
a la fluorescencia de rayos X (XRF, por sus siglas en inglés), una técnica
espectroscópica no invasiva, ya que no exige la toma de muestras y per-
mite conocer los elementos químicos presentes en pigmentos y cargas.
Como toda pintura de caballete, el Cristo estaba constituido por una
combinación amplia de diversos estratos y pigmentos. Sin embargo, en
este caso, se analizaron los “colores diagnóstico” (blanco, amarillos, rojos,
azules y verdes), los cuales podían aportarnos los datos necesarios para
contextualizar la obra cronológicamente. Aquellos que resultaron rele-
vantes para nuestra indagación fueron, en primer lugar, un azul con pre-
sencia de cobalto (Co), que indicaba la posibilidad de un azul smalte, un
pigmento encontrado en obras del altiplano jujeño y áreas de Cuzco y
Potosí.10 Este color también fue encontrado en las obras del célebre pin-
tor colonial Mateo Pisarro, a fines del 1600.11 El smalte es un mineral
9 Romina Gatti y Nicolás Kwiatkowski. “Un Cristo de la Paciencia…”, op. cit.
10 Gabriela Siracusano. Hacer, saber y poder. Buenos Aires, Museo de Arte Hispanoamericano
“Isaac Fernández Blanco”, 2003.
11 Andrea Jáuregui y Marta Penhos. “Las imágenes en la Argentina colonial…”, op. cit.
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Figura 4. Alonso Cano, Cristo de la clemencia, óleo sobre tela, ca. 1635,
dimensiones 153 x 147 cm. Foto: Iglesia de San Gines, Madrid.
Figura 5. Juan Ribalta, Preparativos para la crucifixión, ca. 1620, óleo sobre tela,
dimensiones 310 x 237 cm. Foto: Monasterio San Miguel de los Reyes, Valencia.
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Figura 6. Jan Collaert, Cristo en la piedra fría, en el ciclo de la pasión, a partir de un dibujo
de Stradano, grabado, ca. 1600.
de cobalto que comenzó a circular por Europa en el siglo XV y finalizó
su producción hacia 1952,12 lo que se condice con la presunta época de
12 Max Doerner. Los materiales de pintura y su empleo en el arte. Barcelona, Editorial, 1998,
pp. 41-84. Ralph Mayer. Materiales y técnicas del arte. Madrid, Hermann Blume Ediciones-
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nuestra obra. Otro pigmento encontrado fue el trisulfuro de arsénico,
conocido como oropimente, producto a la presencia de arsénico (As) y
su alta concentración en comparación con los restantes elementos re-
gistrados. Fue utilizado por los artistas, desde la Antigüedad hasta el
Renacimiento, pero existen registros de que su empleo perduró hasta fi-
nes del siglo XIX, donde la aparición del amarillo de cadmio -descubier-
to en 1817 pero implementado a partir del año 1830- logró sacarlo de
circulación.13 De esta manera, la presencia de este pigmento en el Cristo
habla de una pintura de una cierta antigüedad. Para terminar, otro de los
pigmentos que llamó nuestra atención -aunque aún los resultados no
fueron completamente concluyentes- fue el verde de Scheele, producto
de la presencia de cobre (Cu) entre los elementos registrados, que fue
empleado desde 1778 hasta principios siglo XIX y que restringiría la
ejecución de la obra a un período aún más acotado. El resto de los co-
lores identificados, como el blanco de plomo, por la alta concentración
de plomo (Pb) en los elementos registrados, y rojo bermellón, producto
de la presencia de mercurio (Hg), no resultaron determinantes ya que
fueron usados por largos períodos e incluso algunos se siguen utilizando
en la actualidad.
La indagación continuó con el fechado del material del soporte de
la obra, mediante la técnica de datación por carbono 14 (C14), utili-
zando espectrometría de masa por aceleración (AMS, por sus siglas en
inglés). Tomada una pequeña muestra de las fibras de la tela del so-
porte pictórico, se realizó un proceso de purificación y fue convertida a
carbón grafítico para luego ser analizada por AMS mediante un proto-
colo desarrollado anteriormente.14 La medida calibrada de la concen-
tración experimental de C14 arrojó, con un 95,4 % de confidencia, que
la muestra del lienzo analizada data del período comprendido entre el
año 1670 y 1945. Dentro de este rango tan amplio, un porcentaje del
40,8 % pertenece a fechas entre 1670-1780, un 39,6 % al período com-
prendido entre 1795 y 1895 y solo un 15 % para las fechas ubicadas
entre el año 1905 y 1945.
Si cruzamos los datos obtenidos por C14 con la información relacio-
nada con los pigmentos investigados de la obra y sus épocas de uso, se
Tursen, 1993, pp. 26-187. Mauro Matteini y Arccangelo Moles. La química en la restauración.
San Sebastián, Nerea S.A., 2001.
13 Max Doerner. Los materiales de pintura…, op. cit. Elisabeth West FitzHugh y Rosamond D.
Harley. Artists’ Pigments. Editado por Wes Fitzhugh Elisabeth. London, National G. London,
Archetype Publications, 1997. Ralph Mayer. Materiales y técnicas del arte, op. cit.
14 F. Barile et al. “The new sample preparation line for radiocarbon measurements at the
INFN Bari Laboratory”, Nuclear Instruments and Methods in Physics Research, Section A:
Accelerators, Spectrometers, Detectors and Associated Equipment, octubre de 2018, pp. 9-11.
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podría inferir que, de los períodos más probables arrojados por la data-
ción, en aquel comprendido entre 1795 y 1895 se encuentra la mayor
ocurrencia de los pigmentos caracterizados. Entre los otros rangos de
tiempo algunos colores ya no se encuentran, ya sea por el hecho de que
no fueron descubiertos o porque su uso se había discontinuado. De esta
manera podemos concluir que la datación más probable del Cristo de la
paciencia y los preparativos para su crucifixión ubica a la pintura entre el
fin del siglo XVIII y el transcurso del siglo XIX.
Al finalizar la etapa de documentación, registro e identificación de los
materiales se planificó un tratamiento para combatir los principales pro-
blemas de conservación y mejorar las condiciones estructurales y estéti-
cas del objeto. Superadas la limpieza y la remoción de barnices y repintes,
se corrigieron las deformaciones del soporte y se arreglaron los tajos, cor-
tes y faltante del lienzo. Con la ayuda de alargues marginales adheridos
en todo el perímetro del lienzo se tensó la pintura en un nuevo bastidor
y la obra recuperó, de ese modo, la planimetría. La etapa final incluyó una
minuciosa y larga tarea de reintegración cromática para completar las
mermas y equilibrar el balance perdido luego de las diferentes interven-
ciones que sufrió el Cristo durante su accidentado derrotero (figura 7).
Dada la complejidad y especialización requeridas en la realización de
los análisis fisicoquímicos, el trabajo interdisciplinario se vuelve funda-
mental a la hora de encarar un trabajo de investigación de esta índole.
Del mismo modo, los interrogantes sobre la iconografía original y sus
alteraciones, el origen de las imágenes y las posibles atribuciones exigen
otra mirada especializada.
De esta manera, la historia del arte y las ciencias químicas responden
muchas de las preguntas que se plantean de forma aislada, sin embargo,
es necesario que el restaurador conozca los resultados que cada discipli-
na aporta, con el fin de integrar toda la información, para luego concluir
el diagnóstico de una manera holística.
El trabajo interdisciplinario llevado a cabo durante la restauración
del Cristo de la paciencia y presentado en este estudio permitió develar
los diferentes interrogantes que nos planteamos inicialmente sobre la
iconografía original, el período al que correspondía la obra, las fuentes
iconográficas de nuestra pintura, la evolución de los materiales y el de-
venir de la pieza.
Luego de finalizado el trabajo podemos concluir que, en cuanto a
la materialidad, todos los estudios nos señalan que la obra pertenece al
período colonial y que los nuevos personajes ocultos tras los repintes son
originales. Los aportes más importantes fueron otorgados tanto por el
análisis de los pigmentos, cargas y base de preparación mediante el uso
de la fluorescencia de rayos X, como por los resultados obtenidos de la
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Figura 7. Anónimo, Cristo de la paciencia con los preparativos para su crucifixión, ca. 1800,
temple sobre tela, dimensiones 140 x 90 cm. Foto: Sergio Redondo, TAREA-IIPC, UNSAM.
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interpretación de la datación por radiocarbono, la cual nos aportó un
rango temporal al cual podría pertenecer la obra. Esto permitió rela-
cionar los períodos más probables obtenidos por datación con la facti-
bilidad del uso de los pigmentos encontrados en ellos. De esta manera,
la correlación de los datos experimentales obtenidos, sumado al tipo de
soporte proveniente de un lino reutilizado y la iconografía de la imagen
descubierta, reunieron todas las características para afirmar que se trata
de una pintura de la época colonial.
Durante la restauración, la sorpresa de la aparición de nuevos per-
sonajes nos llevó a elaborar otra estrategia de trabajo que fue guiada
por las investigaciones preliminares. Por un lado, la observación de las
estratigrafías nos permitió identificar los repintes y agregados y, a través
de los estudios radiográficos, confirmamos la presencia de dos nuevas
figuras y una gran calidad técnica en la ejecución del Cristo, ocultas tras
las capas de repinte.
Los nuevos hallazgos exigieron un estudio histórico, técnico y mate-
rial más exhaustivo. Así, se comenzó a indagar sobre las posibles fuentes
iconográficas de la obra. La comparación con otras pinturas de la misma
temática y del mismo período temporal alteró en parte la iconografía y
mantuvo el Cristo de la paciencia, pero con el agregado de los preparativos
para su crucifixión.
Especulamos que con el paso del tiempo la pieza sufrió distintos da-
ños y, a causa del deterioro sufrido, el lienzo fue recortado. Asimismo,
varios de los personajes de la iconografía primera se perdieron y, en el
afán de preservar una imagen de culto, las figuras fragmentadas fueron
cubiertas, quizás por incompletas o por su horrenda apariencia. De esta
manera la pintura funcionó por algún tiempo, no determinado aún, co-
mo un Cristo de la paciencia, aunque la imagen se parece más al Cristo en
la piedra fría, de Jan Collaert, del siglo XVII. Con la intervención de esta
pintura colonial sudamericana, además de restaurar una pieza deterio-
rada y obtener datos de su composición material, se recuperó el mensaje
original de la obra y el posible motivo que llevó a tapar las imágenes,
además de sus nuevas dimensiones.
De este modo, a través de un trabajo interdisciplinario, las distintas
tareas de restauración del Cristo de la paciencia y los preparativos para su
crucifixión pudieron mejorar, recuperar y atenuar diferentes alteraciones
que habían modificado la pintura original.
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