Campaign "Save the Inka Chinchero and Valle Sagrado"
Abstract
En enero de 2019, el gobierno peruano anunció el inicio de los trabajos de remoción de tierras para avanzar con el proyecto de construcción de un aeropuerto internacional en Chinchero, un sitio inca de enorme importancia, ubicado en la zona conocida como el “Valle Sagrado de los Incas”. El proyecto, que ha sido cuestionado por diversos problemas técnicos que van desde asuntos aeronáuticos hasta hídricos, había sido ya descartado sucesivas veces en las últimas décadas. Desde hace algún tiempo, grupos en Cusco como “Unión Ciudadana por un aeropuerto con Dignidad” venían alertado sobre los graves impactos que el aeropuerto tendría sobre el patrimonio cultural de la zona, pero el impulso que el actual gobierno dio al proyecto sirvió para levantar la alerta más allá de la capital regional. La noticia se expandió a partir de una petición que fue lanzada a fines de enero de 2019 por Mónica Ricketts, profesora de Historia en Temple University, en Estados Unidos, Gabriela Ramos, profesora de Historia en la Universidad de Cambridge, y la historiadora de arte Natalia Majluf, y que hoy cuenta con cerca de cien mil adhesiones. Por las mismas fechas, con el apoyo del antropólogo Eduardo Bryce, ellas formaron la página “Salvemos Chinchero y el Valle Sagrado de los Incas” en Facebook, desde donde se vienen difundiendo informaciones y noticias sobre el desarrollo del caso. Chinchero es uno de los sitios inca mejor preservados, un pueblo colonial asentado sobre lo que fue el palacio del inca Túpac Yupanqui. El aeropuerto se proyecta precisamente sobre las tierras de la comunidad, y destruye la integridad de un complejo paisaje que incluye tramos de la red de caminos inca Qhapac Ñan, así como un sistema de lagunas, humedales y restos arqueológicos que están rodeados por una majestuosa cadena de montañas. La obra se lleva a cabo contra la opinión de los principales antropólogos, historiadores y arqueólogos, sin cumplir los requisitos que exige la legislación peruana, incluyendo el Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos, y sin contar con un estudio serio de impacto patrimonial. Todo ello ha levantado preocupación en organizaciones internacionales de prestigio preocupadas por la conservación del patrimonio mundial, entre ellas la Society for Architectural Historians, el World Monuments Fund y la UNESCO.