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Dossier

Núm. 01 (1): Laboratoria. Revista de Ciencias Humanas

La guerra contra los sentidos: El eclipse educativo en tiempos catastróficos

Enviado
July 4, 2024
Publicado
2024-11-27

Resumen

Lo que es educativo en educación implica seguramente fomentar un pensamiento que pueda ayudarnos a sentir y dar sentido a nuestra relación con el mundo. Sin embargo, nuestro tiempo ha demostrado ser cada vez más hostil al pensamiento, poniendo en crisis sus posibilidades mismas. Si bien la crisis del pensamiento se ha repetido a lo largo de las guerras y los horrores del siglo XX, hoy lo catastrófico tiene un acento diferente. El eclipse del pensamiento que nos acosa es sintomático de una época marcada por múltiples guerras interminables, catástrofes ambientales, impases políticos y una oleada de dolencias psicosociales que surgen de la sobreestimulación mediática tecnoeconómica del sistema nervioso. Actualmente, estas fuerzas se están alineando con una ferocidad nunca antes vista que desafía al mundo y que está librando una guerra contra nuestros sentidos y nuestra capacidad de reflexión. 

Este artículo busca hacer legible la guerra actual contra nuestros sentidos, rastreando cómo nuestros sensoriales corporales colectivos, los mismos sentidos y nervios que nos conectan y nos permiten disfrutar de la vida colectiva y que nos sintonizan cuidadosamente con el mundo, están bajo ataque y cansarse del sentido. También investiga lo que está en juego para la educación en este contexto desconcertante, particularmente en lo que respecta al desafío de fomentar un sentido de lo educativo que se esfuerce por darnos el tiempo y el lugar para pensar profunda y transgeneracionalmente sobre nuestros tiempos que invitan a la reflexión. Si bien reconoce que la educación podría estar en una buena posición para reajustar nuestros sentidos y generar el pensamiento necesario para responder al mundo en medio de las catástrofes actuales, el artículo aborda cómo este potencial se ve actualmente afectado por la lógica del neoliberalismo, lo que resulta en una forma de optimismo cruel en la educación que perpetúa la guerra contra los sentidos.