En un entorno de convergencia y dependencia cada vez mayor de las actividades del hombre de las tecnologías de la información y las comunicaciones, los Estados encuentran una serie de dilemas a la hora de planificar políticas y estrategias relacionadas con el uso del ciberespacio con fines militares, que consisten, básicamente, en la atribución de un ciberataque, la asimetría de capacidades, la colaboración público-privada para la ciberseguridad de infraestructuras críticas, la capacidad de ejercer la soberanía y la escasez de normas internacionales. No obstante, tras realizar un recorrido por dichos aspectos, y teniendo en cuenta que la definición guía la acción según las teorías de las políticas públicas, se plantea que el principal dilema radica en alcanzar una aproximación sobre qué es la ciberguerra.